viernes, 3 de febrero de 2017

¿De verdad es Low Cost?

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¡Hola, potingueras!

Hoy no os voy a hablar de ningún producto en concreto, pero sí os voy a plantear varias cuestiones sobre las que creo que deberíamos reflexionar a la hora de decidir si un producto es o no low cost, y me da la sensación de que me voy a meter en un jardín, a ver qué sale de esto.

¿Qué significa que un producto sea low cost?
En principio, low cost  se traduce por bajo coste, barato, pero el inglés impera y nos parece que algo de bajo precio tiene más caché y merece más respeto si le llamamos low cost en vez de decir que es barato porque, no nos engañemos, la asociación mental "caro =bueno versus barato = malo" sigue vigente en nuestros esquemas mentales; aunque, afortunadamente, cada vez somos más críticas, y vamos clasificando las cosas de otra forma.
Tocamos este tema en este post, y en este otro

También hay que tener en cuenta que los productos low cost de hoy no tienen nada que ver con los de hace 5 o 10 años, por ejemplo. De hecho, su cambio en calidades y oferta han obligado al resto del mercado a ponerse las pilas y ofrecer productos más competitivos si quieren seguir en el juego.


Desde mi punto de vista, el determinar si un producto cumple o no con la etiqueta low cost debe avenirse a ciestas condiciones, y no todos los precios son lo que parece, y las categorías se mezclan más de lo que nos creemos.


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¿Cuándo comenzamos a considerar un producto low cost?
El gran marcador: El precio.
Para cada producto, hay un margen a partir del cuál consideramos si entra en categoría de low cost, precio medio, o high end (alta gama de toda la vida) Sin embargo, esa línea no es la misma para todo el mundo.

Mientras que para algunas personas una sombra de ojos de 5€ o 7€ está en su cajita de low cost, para mí, si pasa de 2.5-3€ a lo mejor ya no lo es, si me agarro sólo al precio. Luego veremos que esto tiene más chicha de la que parece. El precio es una cuestión relativa.

Si nos ceñimos a lo que nos cuesta el producto, a cuánto nos cobran por él al pasar por caja, la fórmula para conocer el valor económico que realmente tiene un producto se basa en multiplicar y en dividir. Me explico:

Multiplicar:
Si yo considero que una paleta que contiene 10 sombras y cuesta 50€ es cara, no puedo decir que una sombra de cueste 5€ sea low cost; porque, si yo comprara 10 sombras de ese precio, sería el equivalente a esa paleta que se sale de mi presupuesto, o de mi clasificación low cost; al menos, en base al precio como baremo.

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Sobre productos que parecen económicos y no lo son, tenemos el ejemplo de los Lippie Stix de Colourpop, del que os hablé en este post, y que viene a decir lo siguiente:
Si tenemos en cuenta que cada Lippie Stix contiene un gramo de producto, y cuesta 5$; mientras que un labial, por término medio, tiene 4 gramos de producto, al echar cuentas, el precio real de un Lippie Stix, si tuviera un tamaño de venta similar al de la mayoría de los labiales del mercado, su precio sería de 20$, unos 18€ al cambio.

Para mí, un labial de 18€ no es, precisamente, low cost

Dividir:
Luego está la otra trampa, el no tener en cuenta las cantidades de producto de un envase a la hora de compararlo con otro.

Siguiendo con las sombras, no es lo mismo una sombra de 1 gramo de producto, que una de 3 gramos.
Del orden de 1 gramo, o poco más, tienen las de Coastal Scents, las de Sleek (que de un temita sobre ellas os hablé hace nada), las de Mac, ... No es lo mismo pagar 1€ que 18€ por la misma cantidad de producto.

Para saber si una sombra, o cualquier producto, economicamente hablando, es low cost, hay que sacar el precio medio por gramo de producto.
Las sombras de Inglot, por ejemplo, tienen de 2,5 a 3,5 gramos. Vamos a quedarnos en la media, 3 gramos. Para vuestra orientación, la mayoría de las sombras de 3,6 cm de diámero tienen unos 2,5 gramos de producto (Essence, Kiko, Accesorize, Flormar,...), pero la forma no es determinante. Las de Catrice cuadraditas suelen tener 3 gramos, y son bastante más pequeñitas en apariencia, Mirad las etiquetas.

Una sombra de Inglot, hasta donde recuerdo, porque hace eones que no compro ninguna, costaba unos 7€. Recordemos que, para mí, a partir de 3€ ya no era low cost en el ejemplo, si me baso sólo en el precio. Sin embargo, si echo cuentas, el gramo de producto me sale a 2,3€; por lo tanto, pese a pasarse del precio límite por unidad, sigue en la categoría low cost, si hablamos de precio por cantidad mínima de producto.

Volvemos a la necesidad de la comparativa, para desmitificar el precio de productos de alta gama, o de coste más elevado que la media, que no son tan caros como parece.

Aquí voy a recurrir a dos correctores que me encantan: el Instant Conceler de Clarins, y el Corrector Fluido Dress Me Perfect de Deborah Milano

El de Clarins es notablemente más caro que el segundo, ya que cuesta 26,50€ en su web oficial, aunque podemos encontrarlo más barato en otras perfumerías online, a unos 17,10€. 
El de Deborah Milano ronda los 8€.

Vamos a quedarnos con el precio más económico que hemos encontrado del de Clarins, 17€, y con el de Deborah Milano, 8€. A primera vista, el de Clarins cuesta el doble que el de Deborah Milano, fin.
Pues no.

El de Clarins contiene 15 ml, así que sale a poco más de 1€ el ml.
El de Deborah Milano contiene 6 ml, así que, ¡oh, sorpresa! ¡los dos son low cost! Es más, si nos ponemos muy puntillosas, hasta es ínfimamente más costoso el segundo que el primero.
Repito: echad cuentas, mirad cantidades, sacad el precio mínimo por gramo, que os váis a llevar sorpresas. 

Pero hay otras cuestiones a tener en cuenta, como calidades, uso que le vamos a dar al producto, textura y formato, confianza en la marca,...y seguro que a vosotras se os ocurre alguno más.

No todo lo barato es low cost, porque, a veces, lo barato sale caro simplemente por tener una calidad tan pésima que su uso se convierte en un fracaso, o en un sufrimiento.

Por ejemplo; las sombras de Essence son una lotería, lo mismo salen estupendas, que son una castaña pilonga, pero es más frecuente lo segundo. Con las de Inglot, no puedo decir lo mismo, ni con las de Colourpop, y eso que ninguna de las dos, si me baso en el precio por producto final está en categoría low cost, pero si recurro al precio por gramo, sí (las de Colourpop tienen 2 gramos de producto, y si me baso en la calidad, en el rendimiento que me dan, el acabado, y las comparo con otras de precio mucho mayor que me ofrecen lo mismo, sí son low cost.


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Es importante determinar cuánto estamos dispuestas a pagar por determinados resultados. Más allá de si usaremos el producto a nivel profesional o personal, es realmente una cuestión de color, pigmentación, oxidación, adherencia, permanencia, si reseca o no, cómo se trabaja, cómo se desmaquillla, ...hasta cómo se mezcla.
No entro ya en formulaciones, porque esto se haría muy farragoso, pero también es una cuestión importante, sobre todo, si hablamos de tratamiento y de ciertas necesidades de la piel de cada cual.

También hay formatos que no tienen sentido
Por ejemplo, packagings tan rebuscados como poco prácticos que hacen inviable el total aprovechamiento del producto y, por lo tanto lo encarecen. 
¿No habéis tenido nunca que recortar un envase, a riesgo de vuestra propia integridad física, cuando creíais que ya se os había terminado el producto, y os habéis encontrado con que quedaba la mitad?
¿Y cuántas veces, precisamente por tener que sacarlo del envase original y tener una textura delicada se os ha estropeado antes de su total aprovechamiento?
A eso me refiero.

En otras ocasiones, el problema viene por el formato en combinación con la textura. No es lo mismo 10 gramos de producto en polvo prensado, que 10 gramos de producto en crema; por ejemplo, un colorete.

Hay que ser conscientes de que las texturas cremosas caducan antes, y de que los formatos grandes, a no ser que los uses mucho, no los vas a poder gastar antes de que se te estropee. Recuerda: el producto que tiras, también lo pagaste en su día.

Luego ya está el tema de la exclusividad del producto, del capricho, de la marca, y de mil variantes más. La subjetividad cuenta mucho a la hora de darle un valor final al producto, más allá de reglas de 3, divisiones, multiplicaciones, y comparativas. 



El post de hoy no trata de dar una clase de economía, ni de deciros lo que tenéis que comprar o no, que yo tampoco soy ejemplo en ese senido, ni pretendo serlo, sólo de analizar por o que estamos pagando de verdad, que creéis vuestros propios baremos, y vayáis con más información a la hora de valorar qué os interesa o qué no; o, mejor dicho, qué es lo que realmente cuesta lo que compras.
Aparte de todo esto, luego ya está el que te compense o no invertir en un producto o en otro, más allá de tamaño, precio, formato, textura, uso, etc.

Seguro que a vosotras se os ocurren muchos más ejemplos y variables a tener en cuenta, ¿Os animáis a compartirlos?¿Qué necesita un producto para que vosotras lo consideréis low cost, potingueras?

25 comentarios:

Eneri dijo...

es verdad, a veces nos dejamos llevar por lo barato que es un producto y no nos damos cuenta de que quizá apenas contiene gramos... así que no resultaría tan económico si tuviera un tamaño "normal". buenas reflexiones

MARIA JOSE dijo...

Cierto, a veces nos engañamos sin darnos cuenta por no pararnos a analizar las cosas. Y ya no sólo con el low cost: una vez quise darme el capricho de comprarme el corrector de ojeras de shiseido porque la vendedora de ECI me lo probó y me gustó mucho. Costaba 26€ y pensé que bueno, era caro, pero para la marca que era tampoco es que fuera desorbitado... eso sí, luego en casa me di cuenta que traía sólo 4ml...¡me han dado muestras de producto con más cantidad que eso! Para colmo la chica se tuvo que equivocar al darme el tono porque era más oscuro que el que me probó, pero claro, ya estaba desprecintado porque me di cuenta al ir a usarlo... creo que desde esta mala experiencia con las marcas "high end" empecé a hacerme fan total de las low cost de verdad, es decir bajo precio en comparación con su buena calidad.
Besis

Ali Momentos de Evasion dijo...

Que rabia que se me habia borrado el mensaje cuando lo iba a enviar!
Me ha parecido un tema de lo mas interesante en este post, es muy dificil saber lo que es low-cost y lo que es High-end (por seguir con los terminos en ingles) ademas de tener en cuenta todo lo que has dicho, el pack, la cantidad de producto por gramo... tambien el tema del low-cost es relativo, lo que a una persona le puede parecer barato, puede ser caro para otra. Un ejemplo, investigando para el ultimo post que escribi sobre el tonico Pixi Glow y su dupe low-cost de Freedom me di cuenta de que el mismo Pixi es un low cost para otro producto muchisimo mas caro (llamado P50)! Relatividad, ya ves!
Besos y gracias por esta reflexion!

María Fernández dijo...

Me ha gustado mucho tu post de hoy porque esta es una discusión que tengo a menudo en casa sobre lo que es barato y lo que no lo es. Evidentemente cada uno gasta su dinero en lo que quiere, pero con sinceridad creo que el valor de algo depende de lo que uno esté dispuesto a pagar. Me voy a explicar, para mi una paleta de sombras de 50 euros no me merece la pena porque la gran mayoría de las veces no uso todas las sombras ni me pinto a diario, suelo tirarlas porque se me ponen malas y en muchos casos acabo los colores que me gustan y me dejo la mitad sin usar porque no me veo favorecida con ellos. Conclusión: tiro dinero. Sin embargo no me importa dar los mismos 50 euros por una crema o un sérum cuando veo que responden muy bien en mi piel porque lo aprovecho al máximo.
También como muy bien apuntas, los envases son engañosos. Algunas veces compras algo en un envase grande y tienes visualmente la sensación de que hay más producto y que sale muy bien de precio pero luego quitas el envase y ves que los gramos son los mismos o menos que otras sombras que tienes en casa (más económicas) y te das cuenta de que te la han colado en toda regla. Bien cierto es de nuevo, que algunas veces me he dejado gloss o corrector en el botecito porque no tienes forma de sacar más y cuando lo he abierto jugándome los dedos alucinas al ver todo lo que queda.
Al final, yo más que catalogar algo de barato o caro sopeso el uso que le voy a dar, la cantidad de producto y sobre todo ingredientes y en función de todo esto decido. He conocido gente que me ha despreciado un producto por ser barato frente a uno muy caro y cuando se lo he dado a probar sin saber lo que era le ha gustado mucho. Todavía hay gente que se deja llevar por la relación caro=bueno y desgraciadamente es su bolsillo el que sale perdiendo pero como todos somos ya grandecitos y sabemos leer ya no me pongo nerviosa tratando de explicar estas cosas, dejo que cada cual haga lo que quiera y poco más.
De nuevo te agradezco el post, es importante reflexionar sobre el verdadero valor de los productos ;-)
Besos

Aitana Alamán dijo...

Muchas veces nos dejamos llevar por el precio sin darnos cuenta de la cantidad que contiene el producto. Nos pasa a todas, al fin y al cabo siempre buscamos lo más económico y con la mayor calidad posible
Espero tu opinión en mi último post, besitos!

Noelia Cano dijo...

Un post completísimo que me ha encantado porque desarrollas varios hilos de razonamiento super acertados. Me comentaste hace tiempo charlando el de la cantidad, pero como bien apuntas, el tema de lo packaging es otra patata caliente según qué productos. Un artículo de once. Ahora mismo lo difundo en a
Twitter.
Muaks!

Oly Colour dijo...

Totalmente de acuerdo contigo. Lo del jardín me ha hecho mucha gracia y pensé madre mía, por dónde nos va a salir esta mujer,pero después todo muy razonable jajaja.
Un beso guapaa

rocipici dijo...

que razon tienes y que poco nos paramos a pensar en estas cosas al hablar de productos low cost. Besos

Potinguiles Viajeros dijo...

Me ha gustado mucho tu post, llevo tiempo dandole vueltas a qué se considera low cost y es verdad que hay que mirar bien la cantidad de producto que trae y otros pautas. Cuando una amiga me pregunta sobre qué marca o producto comprar siempre la digo que todo depende del uso que le vaya a dar y donde está su límite de precio, cada persona tiene su umbral a la hora de gastar. besos!

Mariangeles Guerra Rodriguez dijo...

Pues mirándolo así, tienes toda la razón.
Besitos

Lucía_lamiradadeluci dijo...

Tienes razón en que debemos mirar bien los gramos (me has dejado alucinada con el producto de Clarins y el de Deborah). La verdad es que a la hora de comprar maquillaje me suelo llevar más por mis deseos que por otra cosa pero esto ocurre AHORA y te lo pongo en mayúsculas porque creo que todas al principio cometemos el mismo error: atiborrarnos de productos low-cost que creemos que necesitamos y que luego no merecen la pena. Tengo un montón de sombras de Essence que no valen ná de ná y ciertamente, por muy baratas que fuesen, me han salido caras. Un besote

Mariaje Piris dijo...

Yo me suelo guiar más que por productos lowcost por marcas lowcost. Yo me he dado cuenta hace tiempo que sobre todo los correctores tienen el problema de la cantidad, hay algunos que traen muy pocos gramos y nos parece barato pero realmente nos ha salido caro porque no traía casi nada. Una buena reflexión, nos has dejado a todas pensando.
Un beso.

Anouk Unvientodeleste dijo...

Súper interesante el post y coincido mucho contigo.
Yo no soy una fanática del low cost, si puedo compro lo que me apetezca probar por determinado motivo, sea de alta gama o económica, pero como le pasa a María depende del producto que se trate ya que soy más liberal con las cremas, serums etc. que con el maquillaje, y dentro de estos lo soy más por ejemplo con los correctores o los lápices khol que para mi son básicos y no quiero ni el mínimo riesgo de alergia, que con otras cosas...
No se si es algo cultural en mí pero no soy ratilla con esas cosas porque tengo metido en la cabeza desde pequeña lo de "lo barato sale caro", pero también soy muy germánica y de siempre he sido de las que se fijan en las cantidades de producto.
Sólo decirte: plas, plas, plas (aplausos), me ha gustado mucho.
Ciao, besicos

Marta Chicle&Nueces dijo...

Buenísimo post que da para un buen rato de reflexión sobre el tema. Ya me quedé a cuadros cuando vi que habían bajado la cantidad en las sombras de Sleek y te vuelvo a dar las gracias porque si no es por ti, no me entero de nada. Yo no me considero ni amiga ni enemiga del low cost, considero que hay muchos productos que merece la pena la inversión y que aunque sean más caros, ganan en calidad, en cantidad o en resultados y también considero que hay muchos productos a bajos precios en los que no merece la pena gastar grandes cantidades. En el punto medio está la virtud, pero claro, teniendo en cuenta siempre si el producto es tan low cost como en principio parece, que a veces lo barato sale caro, literalmente. Un beso.

esther makeup dijo...

Creo que jardin ninguno porque tu exposición ha sido objetiva y razonable. Yo, a base de picar muchas veces por precios, creo que el low cost lo estoy orientando ahora a la calidad, me refiero al punto que comentas: si me cunde, le doy uso y funciona; ya calculo lo que realmente me he gastado en él frente a otros que, costando menos, se quedan abandonados en el cajón (con lo que el gasto es mayor al haber tirado el dinero)
Un besote

Unknown dijo...

Estoy totalmente de acuerdo. Muy buen post, distinto pero interesante! Besos

Unknown dijo...

Me ha parecido un post muy interesante ademas de util. Tienes toda la razon en cuanto a que no todo lo barato es low cost, hay que valorar muchas cosas para catalogar un producto de low cost. Muy buen post.

Un beso guapa

Joanna de Cosmética en Acción dijo...

Me ha encantado el post y tus reflexiones. Es verdad que además del precio de un producto, siempre hay que tener en cuenta también la cantidad que trae. Y no siempre lo caro significa bueno y lo barato - malo. Por ejemplo, me he comprado una base de Estée Lauder (por cierto, con muy buenas criticas en internet) y no me gusta nada, mientras que la mayoría de las bases de Catrice me encantan.

Besos

Envuelta en crema dijo...

Yo también me hago planteamientos así. Y es más, soy de las que prefiere calidad a cantidad. Por ejemplo, prefiero tener cuatro paletas auténticas, aunque sean caras, antes que 15 fakes extremadamente low cost. No por nada, sino para qué quiero tanta cantidad por muy barato que sea... A veces se compra por impulso, por pensar que es barato, pero no suelo caer en ello. ¡Besos!

PaO* dijo...

Me parece genial la reflexion de pensar en dividir cantidad de producto y precio, para asi decidir si nos vale la pena o no, o si estamos dispuestas a pagar lo que piden etc.

Lo llevare a la practica seguro, gracias!

Beatriz MissPotingues dijo...

ENERI: Hay que mirar esas cosas, proque es donde más se nos va el precio.

MARIA JOSE: Vaya palo que te dieron, guapa! A todas nos ha pasado algo aprecido alguna vez.

ALI MOMENTOS: El Low Cost es relativo, y depende de los baremos de cada una. Esa es la idea con la que te tienes que quedar. Ahora, que un tónico, siendo costoso, sea más económico que otro más caro, no lo convierte en low cost, sino en una alternativa más barata. La base del Low Cost es que el rpecio, de enrada, sea más bien bajo. A partir de ahí, empezamos a mirar otros detalles.

MARÍA FERNÁNDEZ: Coincido contigo, más o menos, es lo que uno esté dispuesto a pagar para obtener ciertos resultados, ya sea maquilaje o tratamiento, pero teniendo en cuenta que el precio sea más bien tirando a bajo, o que sea mucho más bajo que otros que ofrecen lo mismo a un precio más alto.
Con tratamiento yo también soy más flexible. Me patina mucho cuando alguien no tiene problema en comprar una barra de labios o un colorete de más de 20€, y un champú de tratamiento de 8€ les parece caro. Cada uno es cada uno, pero me resulta chocante.

AITANA ALAMÁN: Yo las cantidades suelo mirarlas.

NOELIA CANO: Tiene muchos flecos, y podríamos estar horas debatiendo sobre esto, pero creo que lo más importante, está.

OLY COLOUR: Es que con estos post sé por dónde empiezo, peor no cómo voy a acabar.

ROCIPICI: Hay que pensar un poco también, y más viendo que cada vez hay más marcas en este rango.

POTINGUILES VIAJEROS: Exacto, y los resultados que busca. A lo mejor a una persona una sombra que cuesta 7€ le parece cara, pero para alguien que quiere un resultado profesional, encontrar una sombra por ese precio que se lo da, es un muy buen precio.

MARIANGELES GUERRA: Mientras te haga reflexionar, me vale.

LUCÍA LAMIRADADELUCI: Sabía que lo de los correctores os iba a llamar la atención, porque a mí también me sorprendió. Todo proceso tiene que pasar por etapas, pero en algún momento hay que legar a este punto.

MARIAJE PIRIS: En los correctores es donde, curiosamente, menos low cost hay si miramos gramos y envase.

ANOUK UNVIENTODELESTE: Hay que tenerlo todo en cuenta. No siempre lo barato sale caro, pero, si es barato, hay que calibrar más qué esperas obtener de ese producto y, si no lo vas a conseguir, descartarlo, porque entonces es cuando sí puede salirte caro.

MARTA CHICLE&NUECES: Yo creo que no hay que condenar ningún producto por caro o por barato, sino que hay que calibrar el uso, la calidad, los ingredientes, la cantidad, la expectativa, la costumbre, etc. Por ejemplo, a mí las sombras en crema en tarro me salen carísimas, porque no las uso y se mes ecan en el cajón, aunque cuesten 1€.

ESTHER MAKEUP: Si no usas un producto, acaba iendo definitivamente caro.

MI MUNDO BEAUTY, MYRYAM: Me alegro de que os haya gustado el post.

JOANNA: Por eso hay que pedir muestra cuando excedes un precio, porque te puedes llevar dolor de bolsillo.

ENVUELTA EN CREMA: Me parece una posición muy razonable.

PAO: Además de eso, valora también el uso que le vas a dar, y la expectativa de producto.

Gracias a todas por pasar y comentar. Un abrazo, potingueras!

Unknown dijo...

Esta entrada es digna de una clase magistral, y no sólo para cosmética, sino que es aplicable a otros muchos sectores en donde invertimos nuestro dinero. Yo soy una persona que picoteo poco (dentro de lo poco que puede picotear una aficionada a los potingues), pero cuando busco algo lo hago a conciencia y me he dado cuenta de que en algunas ocasiones ahorro mucho más yendo directamente al producto "de alta gama". Otras veces, soy con un verdadero producto bueno, bonito y barato y la jugada me sale más que redonda. Analizar las cosas es fundamental, y es que si exigimos probidad a las empresas, yo siempre pienso que al consumidor hay que exigirle cabeza. La capacidad de análisis es fundamental para que la relación usuario/empresario funcione.
Resumen: me ha encantado la entrada y más sabiendo que viene de una persona que conoce bien y desde la experiencia el mercado del maquillaje y la cosmética. Si tuviera alummnos, te pediría permiso para mostrarles el texto porque es excelente!!
Un abrazo!

tita hellen dijo...

Estoy muy de acuerdo contigo, de hecho añadiría un punto más: los ingredientes. Puedo entender que un producto me cueste más caro si tiene aceites naturales caros, o complejos químicos desarrollados, muy novedosos o dificiles de conseguir, lo que no entiendo es que me cobren 20 euros por composiciones mayoritarias de parafina líquida, aceites minerales a cascoporro y siliconas puras, por muy mono que sea el envase, mira no.

Pero sí, lo del tema precio a veces es muy relativo.

Besotes

Mareas dijo...

Una gran entrada y tienes toda la razón hay que mirar y calcular que luego hay sorpresas.
Un beso.

Beatriz MissPotingues dijo...

GRETEL MONOGRETEL: Muchas gracias, guapa, me alegro de que te haya gustado tanto. Si necesitas el texto, úsalo (respetando autoría, ya sabes)

TITA HELLEN: Entrar en ingredientes puede ser muy farragoso, y lo comento en el post, pero por encima. Y sí, es diferente pagar 20€ por aceites naturales o por petroquímicos, aunque luego ese precio se pueda justificar por packaging, marca, olor, sensación, caché,...llámalo X.

MAREAS: Me alegro de te haya gustado la entrada, guapa.

Gracias a todas por pasar y comentar! Un abrazo, potingueras!

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