¡Hola, potingueras!
Una vez más, a raíz de una fotografía que publiqué hace unas semanas en Instagram, mi merienda provocó curiosidad, y hoy os traigo una receta sencilla, fresca, y nutritiva.
Se trata de un helado casero de higos, bebida de avena, y pistachos, que tiene una elaboración tan simple como resulta comérselo.
Es una receta vegana, y libre de lácteos, y los pistachos los podéis sustituir por almendra, sésamo, tostado, o algún otro fruto seco que os guste y que case bien con el sabor dulce (que no empalagoso) del helado final.
Si no podéis tomar frutos secos ni semillas, podéis añadirle ralladura de coco, y así tiene otro toque. Todo es echarle imaginación.
Helado de pistachos, bebida de avena, y pistachos.
Ingredientes:
- Higos.
- Bebida de avena que tenga el menos número de conservantes azúcares, gomas, y otras porquerías posible. Buscad marcas que se dediquen en exclusiva a este tipo de producto, tengo comprobado que las casas lácteas de toda la vida que han sacado su versión vegetal contienen una cantidad irrisoria del ingrediente que le da el nombre a la bebida, mucho azúcar, y mucha sustancia sobrante a mi entender. Si os hacéis la bebida de forma casera, mejor, incluso.
- Pistachos.
*Por cierto, que si no lo digo, reviento. Por ley, dentro de poco se obligará a todas las marcas que tienen leches vegetales a renombrarlas y dejar de llamarlas así, por un tema político-económico con las empresas lácteas (porque una persona que compra leche de avena sabe que no viene de una vaca, y viceversa, no hay confusión posible, los consumidores no somos tontos) Me pregunto si obligarán también a cambiarle el nombre a las leches desmaquillantes, no sea que nos las bebamos, ¿no?
#hoymesientoreivindicativa #haciendoamigos #losconsumidoresnososmotontos #notevoyacomprarlecheanimalporquelecambieselnombrealavegetal
Llevo calentita con el tema ya un par de meses, y lo quería soltar, a ver si es que soy la única que piensa que nos quieren hacer comulgar con ruedas de molino. Y me centro, que se me va el oremus.
Elaboración:
Se cortan los higos en trozos pequeños, y se añade un poco de bebida de avena en el recipiente en el que lo vamos a desmnuzar con la batidora. Añadimos bebida de avena como para que nos quede un líquido espeso, a gusto del consumidor. Tened en cuenta que, al no contener sustancia grasa, cuando se congele, y se descongele un poco, será una especie de medio-granizado.
Lo metemos en cubiletes para polos o similar, y lo congelamos al gusto. Podéis dejarlo a medio hacer, o congelarlo dle todo, y cuando lo saquéis, aprovechad para picar los pistachos después, y así le dáis tiempo para que coja una textura más parecida a un helado que a un polo.
Si lo habéis dejado a medio congelar, picad los pistachos antes de sacarlo del congelador para que no se quede aguado.
Se añaden por encima, ¡y a disfrutar!
No tiene ningún misterio. Es un postre dulce, nutritivo, que para una merienda, o para completar una comida ligera, va muy bien
Probadlo, y me contáis qué tal.
¿Os gustan los helados artesanos?¿Habéis probado helados no lácteos, potingueras?
Mostrando entradas con la etiqueta Miss Recetuelas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Miss Recetuelas. Mostrar todas las entradas
miércoles, 12 de julio de 2017
martes, 27 de junio de 2017
Miss Recetuelas, Vol. 6: Gazpacho de Cerezas (vegan)
¡Hola, potingueras!
Sé que tengo la sección de Miss Recetuelas muy abandonadita, pero he ido descubriendo (y tuneando) algunas recetillas muy ricas e ideales para estas fechas veraniegas, y quiero compartirlas con vosotras.
Comenzamos con el Gazpacho de Cerezas, inspirado en esta receta. Hay pocas diferencias, pero alguna hay. Para empezar, la mía es vegana. No incluye ni el queso ni las anchoas de la original.
Tampoco incluye el pimiento ni el ajo, y a cambio le he dado un toquecito marchoso con un mix de pimientas y media cebolleta, lleva el doble de pepino y de tomate que la que la inspira, y la mitad de pan.
A nosotras nos gusta que quede más líquida, pero siempre podéis añadir más pan (originamente son 100 gramos), y tomarlo con cuchara.
Y si lo queréis vegano, pero con queso, hay unos estupendos quesos veganos en el mercado.
Gazpacho de Cerezas para 6-8 raciones:
20 cerezas maduras.
4 tomates maduros rojos (pera, o no pera)
1 pepino
Media cebolleta
3 biscotes multicereales (o 50 gramos de pan, más o menos)
1 vaso de agua fría
Medio vaso de aceite de oliva virgen extra (o un buen chorreón, en su caso)
Un chorro generoso de vinagre de frambuesa (el que es de tipo cremoso también sirve)
Sal
Molinillo de pimientas varias.
La elaboración no puede ser más fácil:
Se retira el hueso de las cerezas, y se pican junto con el tomate, el pepino, y la cebolleta.
Mientras, ponemos los biscotes en un bol con un poco de agua para que se ablanden.
Una vez conseguido esto, se mete todo en un recipiente, se le añade el agua, el aceite, el vinagre, y la sal, y ponemos en marcha la batidora para triturar todo. Una vez se obtiene una textura homogénea, se pasa por el chino o pasapurés para eliminar los pellejitos de las cerezas y los tomates, se vuelve a pasar por la batidora. y se añade pimienta al gusto. Se deja enfriar, ¡y a disfrutarlo!
Tiene un sabor muy original, y es un tentempié fresquito y con fundamento que nos puede servir como entrante, o incluso como merienda en esos días en lo que no nos entra nada en el cuerpo.
¿Qué os parece esta receta?¿La conocíais, potingueras?
Sé que tengo la sección de Miss Recetuelas muy abandonadita, pero he ido descubriendo (y tuneando) algunas recetillas muy ricas e ideales para estas fechas veraniegas, y quiero compartirlas con vosotras.
Comenzamos con el Gazpacho de Cerezas, inspirado en esta receta. Hay pocas diferencias, pero alguna hay. Para empezar, la mía es vegana. No incluye ni el queso ni las anchoas de la original.
Tampoco incluye el pimiento ni el ajo, y a cambio le he dado un toquecito marchoso con un mix de pimientas y media cebolleta, lleva el doble de pepino y de tomate que la que la inspira, y la mitad de pan.
A nosotras nos gusta que quede más líquida, pero siempre podéis añadir más pan (originamente son 100 gramos), y tomarlo con cuchara.
Y si lo queréis vegano, pero con queso, hay unos estupendos quesos veganos en el mercado.
Gazpacho de Cerezas para 6-8 raciones:
20 cerezas maduras.
4 tomates maduros rojos (pera, o no pera)
1 pepino
Media cebolleta
3 biscotes multicereales (o 50 gramos de pan, más o menos)
1 vaso de agua fría
Medio vaso de aceite de oliva virgen extra (o un buen chorreón, en su caso)
Un chorro generoso de vinagre de frambuesa (el que es de tipo cremoso también sirve)
Sal
Molinillo de pimientas varias.
![]() |
biscotes remojados |
Se retira el hueso de las cerezas, y se pican junto con el tomate, el pepino, y la cebolleta.
Mientras, ponemos los biscotes en un bol con un poco de agua para que se ablanden.
Una vez conseguido esto, se mete todo en un recipiente, se le añade el agua, el aceite, el vinagre, y la sal, y ponemos en marcha la batidora para triturar todo. Una vez se obtiene una textura homogénea, se pasa por el chino o pasapurés para eliminar los pellejitos de las cerezas y los tomates, se vuelve a pasar por la batidora. y se añade pimienta al gusto. Se deja enfriar, ¡y a disfrutarlo!
Tiene un sabor muy original, y es un tentempié fresquito y con fundamento que nos puede servir como entrante, o incluso como merienda en esos días en lo que no nos entra nada en el cuerpo.
¿Qué os parece esta receta?¿La conocíais, potingueras?
sábado, 26 de diciembre de 2015
Miss Recetuelas, Vol. 5: Croquetas de mejillón sin leche y sin trigo
¡Hola, potingueras!
¿Qué tal van las fiestas?
Quizá, tras tanta comilona y tanta cena, no os cuadre mucho una receta, pero, precisamente, porque en estos días en que hay tanto plato en la mesa, es cuando más restos nos quedan, y no siempre sabemos qué hacer con ellos.
Hoy os traigo una propuesta para aprovechar esos mejillones que se han quedado descolgados tras su momento de auge, recién hechos al vapor.
Coincidiréis conmigo en que, aunque al día siguiente sigan estando bien, ni el aspecto, ni la textura son los mismos.
Mi madre, que es muy de aprovechar las cosas, y de darles otra vuelta, ingenió la receta que os propongo hoy para que, incluso yo, pudiera comer croquetas de mejillón, o tigres. La diferencia es si les das la forma de pastilla (croqueta), o si las colocas sobre la concha del mejillón y cubres totalmente la superficie (tigre)
También se puede hacer la receta directamente, no hace falta esperar a que "sobren" mejillones. Es sólo una alternativa más.
A mi nunca me han hecho demasiada gracia los mejillones, y me han dado bastante asquete los tigres; sin embargo, con esta nueva forma de hacerlo, y en formato croqueta, de vez en cuando hasta me los como.
Me pareció una forma diferente de hacer un plato clásico, así que la comparto con vosotras, por si os pudiera servir.
Ingredientes:
- La receta es, más o menos, para 1 kilo de mejillones, pero, obviamente, debéis adaptar las cantidades de los ingredientes al volúmen de molusco con el que váis a trabajar.
- Media cebolla
-Una pizca de cayena o de pimienta (depende de cuánto quieres que pique)
- 3 o 4 cucharadas colmadas de harina de avena (se puede hacer con trigo, pero yo procuro evitarlo)
- 1 vaso de leche de avena (el tamaño del vaso, en función de la cantidad del resto de ingredientes, y lo espesas que os gusten)
- Una cucharadita de tomate frito, o de tomate natural que hayáis pasado por la sartén. Es para robarle acidez al conjunto.
- Medio vaso de agua de cocer los mejillones.
- Aceite de oliva, y sal.
Para el rebozado:
- Huevo y pan rallado.
El pan puede ser de trigo, multicereales, o de espelta. Nosotras solemos moler unos biscotes de espelta o multicereales para que la textura sea más crujiente (y porque es más difícil encontrar ese tipo de pan rallado ya a la venta)
Elaboración de las croquetas:
1.- Se limpian los mejillones, y se abren al vapor en un recipiente con agua y sal.
2.- Se sacan de la concha los mejillones que vayamos a aprovechar, y se cortan en trocitos pequeños.
3.- En una sartén, pochamos la cebolla picadita, y rehogamos los mejillones ya troceados con una pizca de cayena, o pimienta, y le damos una vuelta con el tomate frito.
4.- Agregamos la harina, la leche de avena, y el agua reservado de la cocción de los mejillones, creando una bechamel espesa.
5.- Dejamos enfriar, cuidando de que no haya "excursionistas" que se coman la pasta antes de tiempo (confesad, en vuestra casa también pasa)
6.- Una vez fría la pasta, se le da forma a las croquetas con un par de cucharas de postre, o con las manos, lo que sea de vuestra preferencia. Se pasan por el huevo batido, y se rebozan con el pan rallado.
Cocinado de las croquetas:
Podéis hacer dos cosas: freirlas, u hornearlas. A mi me gusta más la segunda opción, porque no me llevo demasiado bien con los fritos.
Si las queréis freir, hacedlo en una sartén con aceite muy caliente durante 4 o 5 minutos.
Si las croquetas están recién elaboradas, no hay problema en echarla al aceite directamente, pero, y esto es importante, si las congeláis antes de cocinarlas, antes de freírlas hay que descongelarlas respetando la cadena de frío (del congelador al frigorífico durante 2 o 3 horas) Si no lo hacéis así, os estallarán en la sartén, y será un desastre absoluto.
En el horno, simplemente pondremos papel vegetal en la bandeja, colocamos las croquetas separaditas unas de otras, y las dejamos de 15 a 20 minutos a una temperatura de 200 grados.
¡Y a comer!
El resultado son unas croquetas de sabor delicado, pero con personalidad gracias al toque picante, muy suaves al paladar, y fácil digestión.
Espero que os haya gustado la receta, y, por favor, si las probáis, decidme en comentarios qué os han parecido. A mi madre, la autora de esta propuesta, le encantará conocer vuestras impresiones.
¿Os gusta compartir recetas?¿Cómo tomáis los mejillones¿Conocíais esta forma de cocinarlos, potingueras?
¿Qué tal van las fiestas?
Quizá, tras tanta comilona y tanta cena, no os cuadre mucho una receta, pero, precisamente, porque en estos días en que hay tanto plato en la mesa, es cuando más restos nos quedan, y no siempre sabemos qué hacer con ellos.
Hoy os traigo una propuesta para aprovechar esos mejillones que se han quedado descolgados tras su momento de auge, recién hechos al vapor.
Coincidiréis conmigo en que, aunque al día siguiente sigan estando bien, ni el aspecto, ni la textura son los mismos.
Mi madre, que es muy de aprovechar las cosas, y de darles otra vuelta, ingenió la receta que os propongo hoy para que, incluso yo, pudiera comer croquetas de mejillón, o tigres. La diferencia es si les das la forma de pastilla (croqueta), o si las colocas sobre la concha del mejillón y cubres totalmente la superficie (tigre)
También se puede hacer la receta directamente, no hace falta esperar a que "sobren" mejillones. Es sólo una alternativa más.
A mi nunca me han hecho demasiada gracia los mejillones, y me han dado bastante asquete los tigres; sin embargo, con esta nueva forma de hacerlo, y en formato croqueta, de vez en cuando hasta me los como.
Me pareció una forma diferente de hacer un plato clásico, así que la comparto con vosotras, por si os pudiera servir.
Ingredientes:
- La receta es, más o menos, para 1 kilo de mejillones, pero, obviamente, debéis adaptar las cantidades de los ingredientes al volúmen de molusco con el que váis a trabajar.
- Media cebolla
-Una pizca de cayena o de pimienta (depende de cuánto quieres que pique)
- 3 o 4 cucharadas colmadas de harina de avena (se puede hacer con trigo, pero yo procuro evitarlo)
- 1 vaso de leche de avena (el tamaño del vaso, en función de la cantidad del resto de ingredientes, y lo espesas que os gusten)
- Una cucharadita de tomate frito, o de tomate natural que hayáis pasado por la sartén. Es para robarle acidez al conjunto.
- Medio vaso de agua de cocer los mejillones.
- Aceite de oliva, y sal.
Para el rebozado:
- Huevo y pan rallado.
El pan puede ser de trigo, multicereales, o de espelta. Nosotras solemos moler unos biscotes de espelta o multicereales para que la textura sea más crujiente (y porque es más difícil encontrar ese tipo de pan rallado ya a la venta)
Elaboración de las croquetas:
1.- Se limpian los mejillones, y se abren al vapor en un recipiente con agua y sal.
2.- Se sacan de la concha los mejillones que vayamos a aprovechar, y se cortan en trocitos pequeños.
3.- En una sartén, pochamos la cebolla picadita, y rehogamos los mejillones ya troceados con una pizca de cayena, o pimienta, y le damos una vuelta con el tomate frito.
4.- Agregamos la harina, la leche de avena, y el agua reservado de la cocción de los mejillones, creando una bechamel espesa.
5.- Dejamos enfriar, cuidando de que no haya "excursionistas" que se coman la pasta antes de tiempo (confesad, en vuestra casa también pasa)
6.- Una vez fría la pasta, se le da forma a las croquetas con un par de cucharas de postre, o con las manos, lo que sea de vuestra preferencia. Se pasan por el huevo batido, y se rebozan con el pan rallado.
Cocinado de las croquetas:
Podéis hacer dos cosas: freirlas, u hornearlas. A mi me gusta más la segunda opción, porque no me llevo demasiado bien con los fritos.
Si las queréis freir, hacedlo en una sartén con aceite muy caliente durante 4 o 5 minutos.
Si las croquetas están recién elaboradas, no hay problema en echarla al aceite directamente, pero, y esto es importante, si las congeláis antes de cocinarlas, antes de freírlas hay que descongelarlas respetando la cadena de frío (del congelador al frigorífico durante 2 o 3 horas) Si no lo hacéis así, os estallarán en la sartén, y será un desastre absoluto.
En el horno, simplemente pondremos papel vegetal en la bandeja, colocamos las croquetas separaditas unas de otras, y las dejamos de 15 a 20 minutos a una temperatura de 200 grados.
¡Y a comer!
El resultado son unas croquetas de sabor delicado, pero con personalidad gracias al toque picante, muy suaves al paladar, y fácil digestión.
Espero que os haya gustado la receta, y, por favor, si las probáis, decidme en comentarios qué os han parecido. A mi madre, la autora de esta propuesta, le encantará conocer vuestras impresiones.
¿Os gusta compartir recetas?¿Cómo tomáis los mejillones¿Conocíais esta forma de cocinarlos, potingueras?
viernes, 21 de agosto de 2015
Miss Recetuelas, Vol. 4: Tofu en Papillote con Manzana y Jengibre
¡Hola, potingueras!
Hoy os traigo una receta de cosecha propia apta para todos los públicos.
Es un plato caliente con el tofu como principal protagonista. No contiene lácteos, pero aseguráos siempre, por si acaso les ha dado por mezclar cosas raras (nunca se sabe)
El tofu, para quienes no lo habéis probado, es bastante insípido, y hay que camuflarlo envolviéndolo con especias, marinadas, o mezclándolo con verduras que tengan suficiente sabor.
Es un plato muy simple, pero contiene muchos ingredientes. Me emocioné ese día a echarle cosillas, y así salió el listado. De todas formas, os daré trucos para simplificarlo después.
No es un plato de hacer y servir, sino que requiere tiempo de reposo, así que os recomiendo tener claro ese punto para que os salga bien.
Tofu en Papillote con Manzana y Jengibre:
Necesitaremos:
- Tofu
- Tomates cherry
- Cebolla o cebolleta (yo prefiero la cebolleta)
- Manzana
- Jengibre estilo variante (preparado con vinagre, soléis encontrarlo en tiendas de alimenatción orientales)
- Albahaca fresca
- Ajo
- Mostaza de Dijón
- Zumo de limón natural
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Pimienta/s
- Eneldo
- Lemongrass
No os pongo cantidades porque creo que eso son cosas de sentido común, y que cada cual debe guiarse un poco por su intuición, teniendo en cuenta para cuántas personas cocina, y qué tipo de sabores os gustan más o menos.
La elaboración es muy simple:
Sacamos el tofu de su envase, retiramos el líquido, lo lavamos con agua, y lo cortamos en dados de un par de centímetros.
En un bol, donde echaremos el tofu cortado, picamos la cebolleta en juliana (puede ser en dados, pero a mi me gusta más así), cortamos los tomates cherry en 2 o 4 trozos, picamos el ajo muy fino, echamos las hojitas de albahaca fresca (picadas o no, como prefiráis), echamos la manzana picadita en cuadraditos más pequeños que los del tofu, y cortamos los trozos de jengibre de un tamaño similar al de los cuadraditos de manzana.
El jengibre conviene lavarlo con agua, y escurrirlo un poco para que no sepa tan fuerte después.
Añadimos la sal, la mostaza de dijón, la pimienta, el eneldo, el lemongrass, el zumo de limón, y el aceite de oliva, y lo mezclamos todo bien. Tapamos el bol, y lo dejamos macerar entre 12 y 24 horas.
Yo normalmente preparo la mezcla antes de hacer la comida, y así, a la hora de la cena, ya tiene sabor.
Pasado este tiempo, envolvemos la mezcla en papel de aluminio, o en papel de horno, si sois habilidosas, y lo cerramos bien para que no se seque mientras se hace 15 minutos en el horno, y a comer.
Como os decía al principio, hay ingredientes que se pueden sustituir. Por ejemplo, la mostaza de Dijón y el jengibre se pueden eliminar y echar un chorrito de vinagre de manzana para que tenga ese componente ácido que necesita; o las especias las podéis modificar a vuestro gusto.
La cocina es experimentación y adaptación, de cada receta pueden salir muchas más.
De todas formas, si tenéis alguna duda concreta, decídmelo en comentarios e intentaré ayudaros a encontrar soluciones.
¿Qué os parece la propuesta?¿Habéis probado el tofu?¿Os animaréis con la receta, potingueras?
Hoy os traigo una receta de cosecha propia apta para todos los públicos.
Es un plato caliente con el tofu como principal protagonista. No contiene lácteos, pero aseguráos siempre, por si acaso les ha dado por mezclar cosas raras (nunca se sabe)
El tofu, para quienes no lo habéis probado, es bastante insípido, y hay que camuflarlo envolviéndolo con especias, marinadas, o mezclándolo con verduras que tengan suficiente sabor.
Es un plato muy simple, pero contiene muchos ingredientes. Me emocioné ese día a echarle cosillas, y así salió el listado. De todas formas, os daré trucos para simplificarlo después.
No es un plato de hacer y servir, sino que requiere tiempo de reposo, así que os recomiendo tener claro ese punto para que os salga bien.
Tofu en Papillote con Manzana y Jengibre:
Necesitaremos:
- Tofu
- Tomates cherry
- Cebolla o cebolleta (yo prefiero la cebolleta)
- Manzana
- Jengibre estilo variante (preparado con vinagre, soléis encontrarlo en tiendas de alimenatción orientales)
- Albahaca fresca
- Ajo
- Mostaza de Dijón
- Zumo de limón natural
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Pimienta/s
- Eneldo
- Lemongrass
No os pongo cantidades porque creo que eso son cosas de sentido común, y que cada cual debe guiarse un poco por su intuición, teniendo en cuenta para cuántas personas cocina, y qué tipo de sabores os gustan más o menos.
La elaboración es muy simple:
Sacamos el tofu de su envase, retiramos el líquido, lo lavamos con agua, y lo cortamos en dados de un par de centímetros.
En un bol, donde echaremos el tofu cortado, picamos la cebolleta en juliana (puede ser en dados, pero a mi me gusta más así), cortamos los tomates cherry en 2 o 4 trozos, picamos el ajo muy fino, echamos las hojitas de albahaca fresca (picadas o no, como prefiráis), echamos la manzana picadita en cuadraditos más pequeños que los del tofu, y cortamos los trozos de jengibre de un tamaño similar al de los cuadraditos de manzana.
El jengibre conviene lavarlo con agua, y escurrirlo un poco para que no sepa tan fuerte después.
Añadimos la sal, la mostaza de dijón, la pimienta, el eneldo, el lemongrass, el zumo de limón, y el aceite de oliva, y lo mezclamos todo bien. Tapamos el bol, y lo dejamos macerar entre 12 y 24 horas.
Yo normalmente preparo la mezcla antes de hacer la comida, y así, a la hora de la cena, ya tiene sabor.
Pasado este tiempo, envolvemos la mezcla en papel de aluminio, o en papel de horno, si sois habilidosas, y lo cerramos bien para que no se seque mientras se hace 15 minutos en el horno, y a comer.
Como os decía al principio, hay ingredientes que se pueden sustituir. Por ejemplo, la mostaza de Dijón y el jengibre se pueden eliminar y echar un chorrito de vinagre de manzana para que tenga ese componente ácido que necesita; o las especias las podéis modificar a vuestro gusto.
La cocina es experimentación y adaptación, de cada receta pueden salir muchas más.
De todas formas, si tenéis alguna duda concreta, decídmelo en comentarios e intentaré ayudaros a encontrar soluciones.
¿Qué os parece la propuesta?¿Habéis probado el tofu?¿Os animaréis con la receta, potingueras?
viernes, 24 de julio de 2015
Miss Recetuelas, Vol. 3: Canapés de Aguacate y Queso Vegano
¡Hola, potingueras!
Hoy vengo con una propuesta que os puede salvar un aperitivo o una merienda para niños y adultos. Es una cosita sencilla y fresca, que no requiere más de 5 minutos de preparación si tenemos todos los ingredientes.
Para elaborarlos se requiere:
- Tostas, minitostas, biscotes, o similar. Yo he utilizado minichapatas de espelta integral.
- Tomates, del tipo que queráis. Yo usé del tipo Cherry porque es lo que tenía en casa (siempre aprovechad lo que ya tenéis, a ser posible)
- Aguacates maduros. Que ni se deshagan con rozarlos, ni estén duros.
- Queso vegano. El que yo utilicé es un queso elaborado a base de vegetales, sin lactosa, ni gluten, ni proteína de leche. Vosotras podéis utilizar queso no vegano si lo preferís.
- Pimienta en polvo. Si es de molinillo, mejor.
- Aceite de oliva virgen extra.
La elaboración es muy simple:
Colocamos la tosta, una rebanada de tomate, unas gotas de aceite de oliva, una de aguacate (o trocitos que la simulen), una de queso, y espolvoreamos la pimienta por encima.
Lo ideal es que las lonchas no sean ni muy finas ni muy gruesas, siendo la de queso algo más gruesa que las otras dos si queréis que este sabor predomine sobre el resto de ingredientes.
Pese a que el aguacate ya es graso (pero son grasas buenas, así que no os echéis las manos a la cabeza), me gusta echar unas gotitas de aceite de oliva para darle un punto de acidez al conjunto, porque el resto de elementos tienen notas dulces. Lo agrego sobre el tomate para que no se empape el pan directamente y no resulte desagradable cuando lo metamos en la boca.
La pimienta que yo suelo utilizar es una mezcla de pimienta negra, roja, blanca y verde que tengo en un molinillo. Lo compré así, y seguramente podáis encontrar algo parecido en cualquier supermercado. En caso contrario, usad pimienta negra, y no os compliquéis la vida.
El queso vegano y las chapatas de espelta las compré en una tienda de alimentación "especial".
Es un platillo muy visual, muy agradable al gusto, y bastante saciante. Seguro que sorprendéis a vuestra familia con el toque del aguacate.
¿Qué os ha parecido la propuesta de hoy?¿Soléis jugar con la fruta en vuestros platos más allá de las ensaladas y los postres, potingueras?
Hoy vengo con una propuesta que os puede salvar un aperitivo o una merienda para niños y adultos. Es una cosita sencilla y fresca, que no requiere más de 5 minutos de preparación si tenemos todos los ingredientes.
Para elaborarlos se requiere:
- Tostas, minitostas, biscotes, o similar. Yo he utilizado minichapatas de espelta integral.
- Tomates, del tipo que queráis. Yo usé del tipo Cherry porque es lo que tenía en casa (siempre aprovechad lo que ya tenéis, a ser posible)
- Aguacates maduros. Que ni se deshagan con rozarlos, ni estén duros.
- Queso vegano. El que yo utilicé es un queso elaborado a base de vegetales, sin lactosa, ni gluten, ni proteína de leche. Vosotras podéis utilizar queso no vegano si lo preferís.
- Pimienta en polvo. Si es de molinillo, mejor.
- Aceite de oliva virgen extra.
La elaboración es muy simple:
Colocamos la tosta, una rebanada de tomate, unas gotas de aceite de oliva, una de aguacate (o trocitos que la simulen), una de queso, y espolvoreamos la pimienta por encima.
Lo ideal es que las lonchas no sean ni muy finas ni muy gruesas, siendo la de queso algo más gruesa que las otras dos si queréis que este sabor predomine sobre el resto de ingredientes.
Pese a que el aguacate ya es graso (pero son grasas buenas, así que no os echéis las manos a la cabeza), me gusta echar unas gotitas de aceite de oliva para darle un punto de acidez al conjunto, porque el resto de elementos tienen notas dulces. Lo agrego sobre el tomate para que no se empape el pan directamente y no resulte desagradable cuando lo metamos en la boca.
La pimienta que yo suelo utilizar es una mezcla de pimienta negra, roja, blanca y verde que tengo en un molinillo. Lo compré así, y seguramente podáis encontrar algo parecido en cualquier supermercado. En caso contrario, usad pimienta negra, y no os compliquéis la vida.
El queso vegano y las chapatas de espelta las compré en una tienda de alimentación "especial".
Es un platillo muy visual, muy agradable al gusto, y bastante saciante. Seguro que sorprendéis a vuestra familia con el toque del aguacate.
¿Qué os ha parecido la propuesta de hoy?¿Soléis jugar con la fruta en vuestros platos más allá de las ensaladas y los postres, potingueras?
miércoles, 24 de junio de 2015
Miss Recetuelas, Vol. 2: Pesto de Brócoli (sin lácteos)
¡Hola, potingueras!
Bienvenidas a la segunda entrega de Miss Recetuelas.
La propuesta de hoy es algo especial, al menos, para mi, ya que, como no tomo lácteos hace tiempo, hay alimentos a los que he tenido que renunciar, y me cuesta, a veces encontrar sustitutos que me recuerden en textura o sabor al original.
En este caso, os propongo un pesto especial, porque no tiene albahaca, ni queso, pero que está tremendamente rico, y que da el pego en cuanto a consistencia con respecto a un pesto más tradicional.
Originalmente, forma parte de un librito llamado Platos Vegetarianos que compré en Lidl a un precio de 3€, creo recordar. Quizá aún lo podáis encontrar.
Os dejo fotos de la portada y créditos, para que os sea fácil encontrarlo.
El pesto de brócoli es una parte de la receta Plumas con Salsa de Brócoli y Almendra (página 157)
Yo, en vez de plumas, utilicé pasta de arroz integral que compré en una tienda de alimentación especial, y modifiqué ligeramente la salsa de brócoli, que yo he llamado pesto más por su apariencia y textura, que por fidelidad la receta original del pesto.
Para el pesto de brócoli necesitamos (para 4 personas):
- 500g brócoli (obviamente)
- sal
- 1 o 2 dientes de ajo (depende de lo fuerte que te guste)
- 1 manojo de perejil fresco
- 50 gramos de almendra molida (o laminada)
- 2 cucharadas de zumo de limón (depende de la acidez, echaremos más o menos)
- 2 cucharadaas de aceite de oliva
- 1 cucharada de harissa o sambal oelek (o un sustituto parecido)
- Pimienta negra (no está en la receta original, pero es interesante)
La harissa es una salsa espesa y picante de origen magrebí que lleva pimiento picante rojo, ajo, cilantro, alcaravea, sal, y aceite de oliva.
Como yo soy muy de aprovechar lo que hay por casa antes de comprar otra cosa que no sé si voy a utilizar después, decidí sustituirla por una salsa picante que cmpramos en Lidl en la promoción de Vitasia, y que lleva pimiento, ajo, y chile.
No soy muy amiga de estas salsas preparadas, pero, una vez al año, y en poca cantidad, no hace daño.
Preparación:
1.- Lavamos el brócoli, secamos el exceso, desechamos la punta del tronco y las hojitas. El tronco lo pelamos y lo troceamos en cubos del tamaño de un bocado (quien dice cubos, dice la forma que queráis), y separamos los ramitos.
Lo cocemos todo en agua hirviendo con sal unos 8 minutos.
2.- Mientras se cuece el brócoli, pelamos y picamos los ajos, lavamos el perejil y picamos las hojas.
Echamos la almendra, el limón, el aceite, y la salsa picante en el mismo recipiente.
3.- Una vez cocido el brócoli, lo escurrimos, reservando parte del agua para preparar la salsa, y lo pasamos por agua fría.
4.- Echamos el agua de cocción reservada y el brócoli en la mezcla que estábamos preparando y le damos un golpe con la batidora, hasta lograr una consistencia espesa y algo irregular. Esto ya va en gustos, se puede hacer más o menos fina.
5.- Salpimentamos al gusto, y ya tenemos nuestro pesto de brócoli. Sólo queda disfrutarlo.
Podemos mezclarlo con pasta, arroz, pescado blanco, o, iincluso, preparar una original merienda con unas tostadas de pan multicereales.
¿No se os hace la boca agua, potingueras?
Bienvenidas a la segunda entrega de Miss Recetuelas.
La propuesta de hoy es algo especial, al menos, para mi, ya que, como no tomo lácteos hace tiempo, hay alimentos a los que he tenido que renunciar, y me cuesta, a veces encontrar sustitutos que me recuerden en textura o sabor al original.
En este caso, os propongo un pesto especial, porque no tiene albahaca, ni queso, pero que está tremendamente rico, y que da el pego en cuanto a consistencia con respecto a un pesto más tradicional.
Originalmente, forma parte de un librito llamado Platos Vegetarianos que compré en Lidl a un precio de 3€, creo recordar. Quizá aún lo podáis encontrar.
Os dejo fotos de la portada y créditos, para que os sea fácil encontrarlo.
El pesto de brócoli es una parte de la receta Plumas con Salsa de Brócoli y Almendra (página 157)
Yo, en vez de plumas, utilicé pasta de arroz integral que compré en una tienda de alimentación especial, y modifiqué ligeramente la salsa de brócoli, que yo he llamado pesto más por su apariencia y textura, que por fidelidad la receta original del pesto.
Para el pesto de brócoli necesitamos (para 4 personas):
- 500g brócoli (obviamente)
- sal
- 1 o 2 dientes de ajo (depende de lo fuerte que te guste)
- 1 manojo de perejil fresco
- 50 gramos de almendra molida (o laminada)
- 2 cucharadas de zumo de limón (depende de la acidez, echaremos más o menos)
- 2 cucharadaas de aceite de oliva
- 1 cucharada de harissa o sambal oelek (o un sustituto parecido)
- Pimienta negra (no está en la receta original, pero es interesante)
La harissa es una salsa espesa y picante de origen magrebí que lleva pimiento picante rojo, ajo, cilantro, alcaravea, sal, y aceite de oliva.
Como yo soy muy de aprovechar lo que hay por casa antes de comprar otra cosa que no sé si voy a utilizar después, decidí sustituirla por una salsa picante que cmpramos en Lidl en la promoción de Vitasia, y que lleva pimiento, ajo, y chile.
No soy muy amiga de estas salsas preparadas, pero, una vez al año, y en poca cantidad, no hace daño.
Preparación:
1.- Lavamos el brócoli, secamos el exceso, desechamos la punta del tronco y las hojitas. El tronco lo pelamos y lo troceamos en cubos del tamaño de un bocado (quien dice cubos, dice la forma que queráis), y separamos los ramitos.
Lo cocemos todo en agua hirviendo con sal unos 8 minutos.
2.- Mientras se cuece el brócoli, pelamos y picamos los ajos, lavamos el perejil y picamos las hojas.
Echamos la almendra, el limón, el aceite, y la salsa picante en el mismo recipiente.
3.- Una vez cocido el brócoli, lo escurrimos, reservando parte del agua para preparar la salsa, y lo pasamos por agua fría.
4.- Echamos el agua de cocción reservada y el brócoli en la mezcla que estábamos preparando y le damos un golpe con la batidora, hasta lograr una consistencia espesa y algo irregular. Esto ya va en gustos, se puede hacer más o menos fina.
5.- Salpimentamos al gusto, y ya tenemos nuestro pesto de brócoli. Sólo queda disfrutarlo.
Podemos mezclarlo con pasta, arroz, pescado blanco, o, iincluso, preparar una original merienda con unas tostadas de pan multicereales.
¿No se os hace la boca agua, potingueras?
miércoles, 10 de junio de 2015
Miss Recetuelas, Vol. 1: Ensalada de Verano con Cerezas
¡Hola, potingueras!
Hoy inauguramos nueva sección en el blog; esta vez, dedicada a la cocina.
A muchas de nosotras nos gusta experimentar a la hora de elaborar nuestros platos, probar nuevas recetas, y compartir esos trucos que convierten en algo especial un alimento simple. Es algo que nos une, indudablemente.
En Miss Recetuelas pretendo mostraros trucos, recetas propias o ajenas (tuneadas), que pueden darle un toque diferente al mismo plato de siempre.
La idea es, sobre todo, disfrutar un poco más de todo lo que nos nutre y nos acerca, y la cocina lo consigue, si se hace con cariño, buen humor, y un poquito de creatividad.
Siempre que utilice una idea o receta de otra persona, la mencionaré en el blog, por si queréis ir a la fuente y ver cómo es el origen de mi propuesta.
Ensalada de Verano Con Cerezas:
He decidido comenzar por algo tan simple y tan fresco como una ensalada, que es de lo que más apetece cuando aprieta el calor.
No tiene ningún misterio:
En un bol, mezcla:
- canónigos
- rúcula (mejor si la picas un poquito)
- cebolleta
- aguacate (1 rodajita cortada en tacos)
- aceitunas verdes (mejor sin hueso)
- apio
- sal
- aceite de oliva virgen extra
Hasta aquí, todo muy normal, pero, como habréis observado, no le he echado vinagre.
Una buena forma de darle un toque ligéramente ácido a la ensalada sin recurrir al vinagre o al limón, es añadir una fruta con notas acidulces, como puede ser la cereza/guinda/picota.
La gracia de esta ensalada es quitarles el hueso a las cerezas y cortarlas en rodajitas. Yo me inspiré en la idea del blog Cocina Sin para esta labor.
Para hacerlo, hay que quitar el rabito (si lo tiene), y, con una cañita de las de tomar refrescos, apretamos por el punto en el que el rabito se une a la fruta, y empujamos.
La teoría, es que el hueso saldrá sin problema por el otro lado, pero hay cerezas más duras que otras, así que os recomiendo buscar cañitas cortas y duras (cuanto más corta, más dura suele ser)
Suelen tenerlas en tiendas de menaje y son baratas. A mi una bolsa de 250 cañitas me costó 1,75€.
Aún así, puede que sólo con empujar desde ese lado no salga el hueso, y tengáis hacer lo que me tocó a mi, que fue empujar primero por un lado, y luego clavar la cañita por el lado contrario, y empujar el hueso hacia el agujero que acababa de hacer.
Una vez sale el hueso, cortamos las cerezas en rodajitas, las añadimos a la ensalada, removemos bien, ¡y a comer!
Podéis añadirle sésamo blanco y negro para darle un toque más profesional y cierto matiz crujiente.
El sésamo negro lo podéis encontrar en tiendas de alimentación "especial", herboristerías, y supermercados asiáticos (suelen ser formatos más grandes, pero más económicos)
¿Qué os parece esta nueva sección?¿Os apetece compartir recetas y trucos?¿Os gusta la idea de la cereza en la ensalada?¿Conocíais este truco, potingueras?
Hoy inauguramos nueva sección en el blog; esta vez, dedicada a la cocina.
A muchas de nosotras nos gusta experimentar a la hora de elaborar nuestros platos, probar nuevas recetas, y compartir esos trucos que convierten en algo especial un alimento simple. Es algo que nos une, indudablemente.
En Miss Recetuelas pretendo mostraros trucos, recetas propias o ajenas (tuneadas), que pueden darle un toque diferente al mismo plato de siempre.
La idea es, sobre todo, disfrutar un poco más de todo lo que nos nutre y nos acerca, y la cocina lo consigue, si se hace con cariño, buen humor, y un poquito de creatividad.
Siempre que utilice una idea o receta de otra persona, la mencionaré en el blog, por si queréis ir a la fuente y ver cómo es el origen de mi propuesta.
Ensalada de Verano Con Cerezas:
He decidido comenzar por algo tan simple y tan fresco como una ensalada, que es de lo que más apetece cuando aprieta el calor.
No tiene ningún misterio:
En un bol, mezcla:
- canónigos
- rúcula (mejor si la picas un poquito)
- cebolleta
- aguacate (1 rodajita cortada en tacos)
- aceitunas verdes (mejor sin hueso)
- apio
- sal
- aceite de oliva virgen extra
Hasta aquí, todo muy normal, pero, como habréis observado, no le he echado vinagre.
Una buena forma de darle un toque ligéramente ácido a la ensalada sin recurrir al vinagre o al limón, es añadir una fruta con notas acidulces, como puede ser la cereza/guinda/picota.
La gracia de esta ensalada es quitarles el hueso a las cerezas y cortarlas en rodajitas. Yo me inspiré en la idea del blog Cocina Sin para esta labor.
Para hacerlo, hay que quitar el rabito (si lo tiene), y, con una cañita de las de tomar refrescos, apretamos por el punto en el que el rabito se une a la fruta, y empujamos.
La teoría, es que el hueso saldrá sin problema por el otro lado, pero hay cerezas más duras que otras, así que os recomiendo buscar cañitas cortas y duras (cuanto más corta, más dura suele ser)
Suelen tenerlas en tiendas de menaje y son baratas. A mi una bolsa de 250 cañitas me costó 1,75€.
Aún así, puede que sólo con empujar desde ese lado no salga el hueso, y tengáis hacer lo que me tocó a mi, que fue empujar primero por un lado, y luego clavar la cañita por el lado contrario, y empujar el hueso hacia el agujero que acababa de hacer.
Una vez sale el hueso, cortamos las cerezas en rodajitas, las añadimos a la ensalada, removemos bien, ¡y a comer!
Podéis añadirle sésamo blanco y negro para darle un toque más profesional y cierto matiz crujiente.
El sésamo negro lo podéis encontrar en tiendas de alimentación "especial", herboristerías, y supermercados asiáticos (suelen ser formatos más grandes, pero más económicos)
¿Qué os parece esta nueva sección?¿Os apetece compartir recetas y trucos?¿Os gusta la idea de la cereza en la ensalada?¿Conocíais este truco, potingueras?
Etiquetas:
Miss Recetuelas,
Miss Truquis,
Webs
Suscribirse a:
Entradas (Atom)