Tú tambien tienes coloretes en crema.

¡Hola, potingueras!

Hoy vuelvo con uno de Miss Truquis.

Seguramente, la gran mayoría de nosotras hemos visto los coloretes en crema y nos ha tentado probarlos.
Algunas se los habrán comprado y otras han preferido ahorrar el dinero en lo que se aseguran de que va a ser un formato que les guste.

¿Y si os digo que absolutamente todas tenemos más de un colorete en crema en casa, qué me decís?

Pues sí, potingueras, así son las cosas. Si tienes un labial, tienes un colorete en crema en potencia.

Quizá algunas hayáis visto, o incluso usado, un labial como colorete, es un truco muy antiguo.

Yo sólo vengo a refrescaros la memoria y a daros unos consejos para su mejor aprovechamiento.

Lo más importante es elegir un labial que sea cremoso y que tenga buena pigmentación (independientemente del color)
No importa si es una barra de labios o en formato lápiz grueso o jumbo (tipo Basic o Kiko)

Para conseguir un acabado natural, controlar la aplicación y, sobre todo, no irritar la piel, lo mejor es aplicar el labial en el dorso de la mano o incluso en la parte baja de la palma, que es menos porosa y absorbe menos producto.

Recogemos el labial aplicado en la mano con una esponjita de látex. Si lo recogemos a toques,perderemos parte del producto, pero es la mejor forma; ya que, si lo recogemos arrastrando, se creará una raya en la esponja que luego se repetirá en nuestro rostro al aplicar el rubor.

Una vez hecho esto, aplicamos a toques el labial recogido con la esponjita sobre la zona que queremos colorear. Si no es suficiente el color, podemos reaplicar.

Esta forma de trabajarlo nos permite controlar en todo momento la cantidad de producto, la distribución y el tono, dejando un acabado muy natural.

Para fijar este nuevo colorete en crema, aplicamos un velo de polvos sueltos o compactos, o matizamos con algún colorete en polvo de un tono similar (o no, si queremos jugar con el color)
Si aplicáis polvos traslúcidos, el color del colorete no se ve modificado, siempre que no os paséis con la cantidad de polvos.

Es mejor aplicar el labial de esta forma porque, si aplicamos la barra directamente sobre el rostro, además de que cuesta más controlar el color y también difuminarla, pueden quedar puntitos de color si tienes los poros un poquito abiertos.

Este truco os permitirá variar de colorete, probar otra textura, e, incluso, aprovechar esos labiales que no nos gusta cómo nos quedan en los labios, pero sí en el rostro.
Por ejemplo, a mí el Circe de Nyx no me queda bien como labial, pero sí me gusta como colorete, o, incluso, como bronzer.

En estas fotos he utilizado el Watermelon de Nyx.

¿Qué os parece la idea, potingueras?