viernes, 23 de junio de 2017

Miss Gatos, Vol.2: Orión. Adoptar un gato adulto.

Orión haciéndome caso cuando le digo que se baje de la mesa.
¡Hola, potingueras!

Me ha costado ponerme con este post, pese a que creo que lo que os voy a contar es importante e interesante, porque es una historia que, aunque aún está en construcción, y cada día es más positiva, tuvo unos comienzos muy duros, y una carga emocional muy grande. Por eso os voy a pedir que lo leáis con el máximo respeto, y con cariño, como soléis hacer, pero teniendo en cuenta que es un tema sensible, y que hoy vamos a hablar de lo importante que es dejar prejuicios a un lado, y luchar por una vida. 

Hoy os voy a contar todo lo que pueda sobre Orión, ese precioso gato negro que habéis visto en mis redes sociales, y sobre cómo ha sido la adopción de un gato adulto que, además, necesitaba un periodo de adaptación a la convivencia con personas algo más especial de lo que suele ser habitual. Lo llaman periodo de socialización, y suelen ocuparse de él las asociaciones que se dedican a rescatar gatos, o incluso los voluntarios de las casas de acogida que se prestan a ello.

Como os comenté en el post sobre Alma y Phoebe, teníamos claro desde el principio que queríamos adoptar gatos adultos. Nos encantan los cachorros, por supuesto, pero los adultos tienen peor salida, no porque sean gatos peores, que no lo son, sino porque hay mucha ignorancia sobre cómo se adaptan, si te van a mostrar afecto, o si se lo vas a tener tú. Es como con los niños. Nadie te asegura que, si adoptas un bebé, cuando crezca no te mire a la cara; ni que si adoptas un niño de 8, 10, 12 años, o los que sean, no te vaya a sentir como su familia.

En muchos casos, la adopción de un gato adulto es la mejor opción que se te puede plantear, sobre todo, si buscas un gato que aunque siga siendo juguetón y te dé marcha, no te agote. Hay mucho margen de edad en cuanto a lo adulto que puede ser un gato, y cada animal es único en cuanto a su energía. Kiko, por ejemplo, siempre fue un gato muy tranquilo, aún siendo cachorro. Nina me las liaba de todos los colores, literalmente, y Dori ha sido también movidita, aunque se fue tranquilizando según iba cumpliendo años.

Tened en cuenta que ésta es la historia de Orión, como puede ser la de muchos gatos que se encuentran en la calle, e incluso como la de algunos que están en alguna casa recogidos, esperando su oportunidad;  pero no necesariamente es la historia, ni es el proceso que tendréis que atravesar con cualquier gato adulto que adoptéis. Hay muchos que ya son sociables en el momento en el que los conoces, que no extrañan a las personas, y que sólo quieren juego y mimos, y un hogar definitivo donde sentirse seguros y queridos. Visitad las asociaciones, consultad, preguntad cualquier duda, os van a sorprender. Sin ir más lejos, Alma es una gata adulta, y ya os conté que ella era sociable y mimosa desde el primer momento.

La primera vez que vi a Orión fue en una foto, en Facebook, en el perfil de CES San Blas, la asociación donde adoptamos a Alma y Phoebe. Lo curioso es que me encontré con sus fotos precisamente la mañana del día en el que, unas horas más tarde, tendría que despedirme definitivamente de Dori, mi preciosa gata tricolor naranjita que tanto nos dió.

Obviamente, yo no sabía que eso iba a ser así al 100%, pero quizá sí al 90%. Aún dejaba un pequeño margen para un milagro que no llegó.

Así descubrí a Orión
Cuando vi las fotos de Orión, que en ese momento se llamaba Sebas, y cuyo nombre le cambié antes, incluso, de conocerlo en persona, no me pareció un gato especialmente llamativo. Bonito, sí, pero hasta que no empezó a salir por casa, y le dió el sol, no vimos que era un precioso gato negro con toda la parte inferior de su cuerpo en color rojo caoba cuando le da la luz cálida..
De todas formas, en ese momento, estaba en otro sitio a nivel emocional, porque Orión es espectacular, y eso es innegable.

Vi un gato en una jaula, un gato grande, negro, de pelo largo, adulto, al que le faltaban bastantes dientes por haber tenido mala vida en la calle, con heridas muy feas y profundas en las almohadillas que le provocaban un caminar doloroso. Vi todo eso, y que había pasado los test de inmuno y leucemia, que estaba desparasitado, y que necesitaba un hogar. Era un macho adulto, sano, pero que necesitaba curar una profunda herida emocional, y algunas físicas.
Todo eso lo vi después de que algo en sus ojos me dijera que nosotros teníamos una historia por compartir, que tenía que apostar por él.

Pocos días más tarde del fallecimiento de Dori, volví a encontrarme con su ficha, y se la mostré a mi madre. Las dos pensamos que lo tendría difícil para ser adoptado. A la gente le cuesta entender que un gato de más de 2 meses se puede adaptar, y te puede querer tanto o más que un cachorro.

De Orión, ni siquiera sabemos cuántos años tiene exactamente, porque los veterinarios se guían por la dentadura para determinarlo, y al faltarle algunas piezas, y ser grande, cuesta más, pero la cosa está entre 3 y 6 años. Nosotras pensamos que no tendrá más de 4, o 5, si es que llega.

Yo no le puedo devolver su infancia a Orión, ni los años que tenga cumplidos, pero sí le puedo dedicar todos los que viva, que serán muchos más, y tendrá una calidad y un cariño que en la calle nunca iba a recibir.
Pensad que la esperanza de vida de un gato en la calle está entre 4 y 7 años. En una casa, entre 15 y 20. La diferencia es notable.

A nosotras no nos importó el tema de la edad. Orión ya nos interesaba, preguntamos por sus necesidades alimentarias, que son de lo más normal (come pienso seco sin ningún problema), y quedamos en ir a verlo en unos días.

En principio, se perfilaba como un gato sociable, aunque con mucho miedo. Pasados unos días, solicitamos ir a verlo, y nos dijeron que el comportamiento de Orión estaba retrocediendo, que se mostraba muy nervioso, y que había que esperar, pero pudimos visitarlo.
Tuvimos una conversación previa a la visita en la que acordamos, más o menos, llevárnoslo a casa a ver si se tranquilizaba, ya que allí no había más animales, y tenía espacio para moverse, en resumidas cuentas. Había que probar algo en busca del beneficio del animal.

Cuando lo vimos, era un gato que saltaba de pared en pared, intentando huir, pero que no atacaba, y que se arrinconó en una esquina, tratando de protegerse, al tiempo que bufaba y se orinaba a la vez, presa del pánico. En ese momento, pedimos que prepararan el transportín, que nos lo llevábamos. Miguel y Conchi de CES San Blas confiaron en nosotras, cosa que agradecemos mucho, y en pocas horas Orión llegó a casa.

Conste que nosotras tenemos experiencia amplia con gatos, y que no nos echa para atrás ver a uno en esas condiciones de estrés porque entendimos que lo que había era mucho miedo, pero también había riesgo de que el gato no se adaptara, que fuera salvaje, y que quizá hubiera que liberarlo pasadas unas semanas en una colonia controlada. Nuestro posible recelo era que no fuera un gato apto para la convivencia con humanos, y estarlo perjudicando, pero dando tiempo al tiempo, comprobamos que era un gato casero, y que, además de todo lo que le haya pasado en la calle, lo habían abandonado.
Pistas como que controlara la mordida y las uñas (cosa que Alma no hace cuando juega, por ejemplo, es un poco vikinga), que no destrozara ni tirara nada en una habitación llena de cajas de cartón y trastos, o que se subiera en una cama para esconderse, nos indicaban orígenes hogareños. No voy a decir aquí lo que pienso de quienes abandonan un animal, porque me enciendo, y hoy no quiero enfadarme.

Reunión de pastores, qué tramarán!
También debo decir que CES San Blas siempre estuvo y está ahí para ayudarnos y apoyarnos, que jamás nos presionó para que adoptáramos a Orión, aunque era nuestra intención desde el principio.
Ellos sabían que nosotras estábamos en un momento emocional especialmente duro (un duelo), y que nos metíamos en una tarea que requería paciencia y fortaleza de espíritu, que el proceso podía ser largo y tedioso hasta que Orión diera los primeros síntomas de acercamiento, y que tener un gato en casa al que no puedes ni acercarte durante semanas, cuando la que se acababa de marchar era mimos con patas, iba a ser una prueba de las más duras que tuviéramos que atravesar.
Por eso, desde el principio, para eliminar esa presión que nos echamos encima cuando pensamos qué sucederá con el animal si no lo conseguimos, lo tratamos como una acogida pre-adopción, y si en cualquier momento nos veíamos desbordadas, ellos se harían cargo. 

Aunque la idea siempre fue adoptarlo, parece que no, pero eso nos ayudó a relajarnos, aunque nosotras no pensábamos en desestimar esta misión, sólo nos preocupaba no perjudicar a Orión obligándolo a estar en un entorno que no le fuera afín porque fuera salvaje, cosa que, como ya he dicho, pudimos descartar en unas semanas.

Tuvimos momentos en los que la idea de por qué elegimos a Orión (u  Orión nos eligió a nosotras) y no a otro gato que tuviera un proceso más fácil se cruzaba por la mente, pero la respuesta era otra pregunta: ¿cambiarías a Orión por otro gato? No, en ningún caso. Era quien tenía que ser, y como tenía que ser.

Unos días más tarde de estar Orión en casa fue cuando llegaron Alma y Phoebe. Si recordáis, os dije que yo había perdido mi turno de poner nombre, cuando hubo que elegir el de Phoebe. Era porque ya había escogido el de Orión.

Su primera visita a esa habitación.
Orión estuvo en una habitación unos 2 meses, o algo más, hasta que se decidió a hacernos una discreta visita en el salón. Antes de eso, durante mes y medio, no podíamos tocarlo ni con un plumero, literalmente. Poco a poco, y siempre estando él debajo de la cama en la que se resguardaba, nos iba permitiendo pequeños acercamientos.
Como ese era su refugio, pusimos unas sábanas polares y una alfombra de lana bajo las camas para que no cogiera frío. 

Al principio, parecía que hasta contuviera la respiración cuando entrábamos. Dejábamos la comida y el agua, y manteníamos el cajón de tierra limpio.  La interacción apenas existia. Simplemente estábamos allí, le hablábamos, le contábamos nuestro día, le leíamos, lo que se nos ocurriera, para que se fuera acostumbrando a nuestra presencia y a nuestras voces.

También le pusimos una radio a volumen muy bajito, que sintónizábamos unas horas al día con una cadena principalmente musical. Para que la iluminación fuera más cálida y relajar el ambiente, le puse una lamparita de sal, y le dejamos una pelotita forrada de tela tipo terciopelo, suave, para que no se hiciera daño en las patitas si quería jugar.

Todo era buscar crear un ambiente en el que él se fuera relajando, y se fuera acercando, o permitirnos acercarnos a él. Había días en los que parecía que eso no iba a llegar nunca, pero, muy lentamente, y dando pasitos muy pequeñitos, íbamos viviendo pequeños momenos de luz. Cada mínimo gesto contaba: que estuviera más cerca del borde de la cama para dejarnos verlo, que nos dejara rozarle con el plumero, que ronroneara cuando entrábamos en la habitación, que hiciera por jugar, aunque fuera él solo al principio, ...cada cosita contaba.

Recuerdo, especialmente, el día que le estaba acariciando la cabeza, tumbados los dos en el suelo, él bajo la cama, y yo fuera, cuando de repente se dió la vuelta, y se quedó su cara a poco menos de un palmo de la mía. El valor no se supone, se demuestra en ese instante en el que no sabes si te van a arrancar la nariz de un bocado, y te quedas mostrando cariño a un animalito que lo que más necesitaba era eso. También hay que decir que Orión nunca ha tenido un mal gesto, no se ha tirado nunca, ni nos ha arañado o mordido a mala idea. Como mucho, algún bufido o gruñido, y esconderse un poco más es lo que ha hecho en los momentos de más estrés.

También fue muy especial el día en el que, estando otra vez en esa postura, él decidió levantarse, salir de debajo de la cama, tumbarse a mi lado, pegando su cuerpo al mío, apoyar la cabeza en mi brazo, y ponerse a ronronear, pidiendo caricias, sentirse protegido. Así estuvimos una hora de reloj. Y eso lo hizo varias veces.

Lo tuve que sujetar, porque hacía la croqueta y se iba al suelo
El paso siguiente fue empezar a salir a comer estando nosotras en la habitación, pero sentadas, porque si te ponías de pie se asustaba, luego irse acercando a la puerta, luego salir un poquito, y así, poco a poco. Incluso alguna vez se ha venido a dormir a mi cama. Eso sí, por la mañana, si te he visto no me acuerdo. Al menos, al principio.

Me llamó la atención el día en el que ya estaba la puerta de su habitación abierta (porque hubo un periodo en el que permanecía cerrada para que estuviera tranquilo, y tanto él como las gatas se fueran haciendo a la idea de que había más amigos peludos por la casa), de repente se sentó en el quicio y empezó a maullar, fuerte, durante casi un minuto, como si necesitara soltar todo lo que estaba callando. No era un maullido desesperado, sino como si necesitara escuchar su propia voz. También fue interesante saber que podía maullar, porque no teníamos ni idea de a qué salvajadas le podrían haber sometido. 
A partir de ahí, las salidas y excursiones por la casa fueron cada vez más frecuentes, y la interacción con nosotras más fluida.

Todo el proceso fue muy lento, pero lo bueno que tiene Orión es que cada pequeño paso que ha dado, lo ha afianzado. Aunque un día hubiera más llamadas a la puerta, o viniera gente que él no conocía a casa, una vez el equilibrio se restauraba, él seguía en el mismo punto de evolución en el que lo había dejado al esconderse de esos desconocidos. Tenía ganas de estar ahí, de conocernos, de dejarse conocer, y, sobre todo de dar y recibir cariño, porque es un gato tremendamente cariñoso y mimoso, que ha pasado mucho miedo, pero que no guarda rencor alguno.

Aún tardó en irse el miedo, y luego la pena, de sus preciosos ojos, pero a día de hoy os puedo decir que tiene una mirada limpia e inocente, confiada, alegre y amorosa, como si el mal no le hubiera rozado nunca. ¡Qué grandes son los animales, cúanto tenemos que aprender de ellos! 

Su plumero favorito
De verdad que me gustaría que lo viérais por las mañanas, cuando me toca a la puerta para pedirme el desayuno, el cómo se me enreda en las piernas y me hace agacharme para que le dé un abrazo y regalarme besitos (de esquimal, y alguno que no es de esquimal se le escapa de vez en cuando), el que le acompañe a comer (ahora le ha dado por ahí, menos mal que le hago poco caso en eso, porque si no me llevaría loca todo el dia), el cómo me da un mimo cuando le echo la comida (y tengo que andar rápida, porque si no me tira el saco del empujón), cómo viene cuando le llamo para hacerle una caricia o darle una pequeña chuchería (sí, lo consiento de vez en cuando, como a las otras, que también se lo merecen), cómo nos llama para que le hagamos una caricia, sobre todo si pasamos cerca y hacemos como que no le hemos visto, o cómo se acerca a recibir su rascadito si estamos con Alma o Phoebe jugando o acariciándolas. O incluso cuando me toma el pelo para quedarse con mi sillón y tumbarse tan ancho.

Es un amor peludo, tiene un carácter y una personalidad encantadoras (tiene su genio y es muy cabezón cuando quiere, pero eso le da encanto), es divertido, juguetón, zalamero... A veces le llamo mi siamés moreno, porque se me pega y voy con él que parece parte de mi pierna, caminando a la vez por el pasillo.

Obviamente, ha habido algún trance algo más delicado, por supuesto. 
Por ejemplo, cuando hemos tenido que llevarlo al veterinario por primera vez, fue un momento algo tenso. Era aún un gato que empezaba a confiar, pero lo justo, y lo de agarrarlo con naturalidad y meterlo en el transportín cargado en los brazos, como que no.

Aunque las heridas de las patas se las estábamos limpiando (lo poco que nos dejaba) y controlando, poco tiempo después de empezar a salir de la habitación, le salió un absceso en la garganta. Sí o sí, había que echarle valor e ingenio, y ponerle en manos de profesionales.
La salud de vuestro gato debe ser algo prioritario, y no hay miedito al arañazo, bocado, bufido, gruñido, o que te coja manía, que valga. Mejor que esté un par de días mosqueado contigo, a que le pase algo serio. Afortunadamente, Orión no es rencoroso.

Negociando el sofá con Alma
Podría haber llamado a CES San Blas para que me ayudara a meterlo en el transportín, pero Orión, al final, es mi responsabilidad, y antes o después tendría que hacerlo yo de forma independiente. No se puede estar dependiendo de una asociación, y de unas personas que, por muy buena voluntad y disposición que tengan, llevan muchos más casos que atender y muchas preocupaciones que gestar cada día. 

Como un mes antes, más o menos, habian tenido que recogerlo para ponerle el recuerdo de la vacunación, y estuve presente en la captura, lo que hice fue imitar la conducta de Miguel, fundador de la asociación, y no me fue mal. En unos 10 minutos conseguí meterlo en el transportín. Las siguientes veces ha sido cada vez más fácil. Hoy por hoy, como ya me deja cogerlo en brazos, y hasta darle algún achuchón, sin problema ninguno.

Tened en cuenta que un día tendréis que andar solos, que será vuestro gato, con todas las consecuencias, y que os va a tocar ser más valientes de lo que creíais que érais.

De todas formas, si os véis en un caso así, y no os creéis capaces de capturarlo vosotr@s, no dudéis en contactar con la asociación. Yo, porque soy muy resolutiva y un poco kamikaze, y tengo maña con los gatos, pero ellos siempre están ahí para ayudaros. Si en algún momento me hubiera visto desbordada, o el gato se hubiera puesto demasiado nervioso, habría cesado en esa tarea, habría contactado con la asociación, y hubiera esperado a que ellos me ayudaran. Pero como todo fue relativamente fácil (para ser la primera vez que me enfrentaba a esa situación con él), no vi la necesidad de pedir un tiempo que necesitan para atender otros casos más delicados, y preocuparlos por algo que tenía solución.
 
Los 3 en la terraza
En el veterinario se porta super bien, están encantados con él, y con razón. Las almohadillas de las patas están totalmente curadas, por cierto. Se las hemos estado curando y controlando, y hasta le buscamos una arena especial para que no se le pegara en las heridas. De precio sale más o menos igual que la que solemos usar, así que tampoco se requiere un esfuerzo económico descomunal para atender una necesidad particular en caso de que se presente.  Lo que sí es necesario es interés y constancia.


El origen de esas heridas es desconocido. Dicen que de trepar a los árboles, pero a mí me cuadra más con que haya tenido que correr por asfalto, o haya saltado de una altura considerable, porque eran una cosa exagerada. Ahora ya hasta se anima a rascar en los cartones, que antes cuando lo intentaba se hacía daño, el pobre.

Con respecto a la adaptación con Alma y Phoebe, es dejarlos a su aire. Mientras no se enganchen en peleas fuertes, hay que permitir que midan sus fuerzas. Los felinos no dejan de ser depredadores y retarse entre ellos es una costumbre que llevan en los genes. En este caso, como Orión es muy tranquilo, y no responde a los bufidos o tiraditas de pata que le hace Alma de vez en cuando, no hay problema, aunque creo que si le respondiera alguna vez, Alma se iría relajando un poco, que nos ha salido muy jefa.

Quiero la cesta. No cabes. Sí quepo. Me da igual.
Aún están definiendo sus territorios, porque Orión tardó mucho en salir, y en compartir espacio con las gatas, y ellas se han hecho amas y dueñas de la casa, y lo ven como un extraño. Ahora, como le metas en el transportín, o ese día decida no salir de la habitación porque se encuentre raruno, te ves a Phoebe dando paseos por el pasillo, a ver qué le pasa a su amigo de juegos, o te hacen guardia las dos monas en la puerta a ver dónde te lo llevas.

Orión y Phoebe juegan bastante juntos, y se buscan, aunque Phoebe tiene esa personalidad bipolar que hace que te llame y cuando te acercas te bufa, y si te retiras te vuelve a buscar. Así se pueden pasar una mañana o una tarde.
Ahora es como si tuviera dos cachorros. Además, Orión siente adoración por Phoebe, la que por edad sí es cachorro aún. 

Con Alma la cosa es algo diferente, ella es más territorial, y aún le da algún que otro susto de vez en cuando, aunque nunca llega la sangre al río. Si le bufa, él se retira, o incluso la esquiva y sigue su camino. Se la va ganando poco a poco, se va acercando cada vez más, y ella tarda más en bufarle. Aunque Alma es aún un poco borde con él, se va ablandando, y hasta le busca de vez en cuando. Le puede la curiosidad. Confío en que es cuestión de tiempo en que los tres se amolden del todo.
 
Los 3 de conversaciones.
Lo que a mí me ha representado a nivel personal esta experiencia, no tiene precio. Orión me está convirtiendo en una mejor persona, me está dando muchas lecciones, y todas basadas en el amor incondicional que te puede regalar un ser vivo inocente, que lo único que quiere es ser feliz, y sentirse amado y protegido.

Si os animáis a meteros en una gesta parecida, sólo hay dos claves a seguir: amor y paciencia, infinitas, hasta cuando creas que no puedes más. Sólo sintiéndose querido, aún cuando no te hace caso, o incluso te rechaza, será como consigas romper su resistencia, pero requiere tiempo. A veces más, a veces menos. Y algún que otro truquito para socializarlo, pero no voy a eternizar el post con cada pequeño paso que dimos. Si necesitáis información, dejádmelo en comentarios, mandadme un e-mail, y recurrid a la asociación con la que estéis tratando, porque cada gato es un mundo. lo que funciona con uno no le va a otro, y que uséis determinadas artimañas no te garantiza ni que se abra, ni que lo haga en menos tiempo. Al gato hay que darle el tiempo que él necesite, te parezca a ti mucho o poco. Ponte en su piel, aunque te resulte difícil, y aunque no conozcas su historia al 100%.

Orión lleva en mi casa casi 5 meses, y creo que no le podría querer más aunque hubiera estado con nosotras 5 años. Por eso, adoptar un gato adulto no os debe dar reparo. El animal no te va a querer más o menos por tenerlo desde cachorro, y tú a él tampoco. Es de las mejores decisiones que he tomado en la vida, aunque también sea de los gatos que más trabajo me ha dado. Es un ser muy especial.

Cuando te mira así...
Al principio del post hablaba de lo importante que es salvar una vida, del estar ahí en el momento oportuno, aunque creas que no lo es. No quiero pensar qué le habría podido suceder a Orión si hubiera estado en la calle y se le hubiera hecho ese absceso que, estando en casa, y con cuidados veterinarios, en menos de una semana estaba controlado; o si las heridas de las patas se le hubieran infectado, o si hubiera pillado un mal constipado con las lluvias torrenciales que tuvimos a finales de enero, o...Podría seguir.

Sí, adoptar es una responsabilidad, nadie te asegura que salga bien, ni que sea fácil, ni que todo encaje a la primera, aunque suele ser lo habitual, pocos gatos hay que no se adaptan, muy pocos, pero merecerá la pena, os lo aseguro, os hará crecer un montón, y tendréis en vuestra vida a alguien tan especial que os cambiara todos los esquemas, y hará de vuestro pequeño mundo un lugar mejor, y más grande.

Quería sacar este post antes del periodo vacacional estival porque ahora entramos en una época difícil para los animalitos, hay muchos abandonos. No entenderé jamás cómo alguien puede dejar a un ser indefenso en la calle, para quien eres su familia, por irse de vacaciones, y sin remordimiento de conciencia.¿Abandonarías a tu hijo de 3 años en mitad del monte, a su suerte? porque es lo mismo, o peor.

Jugando con la toalla
Es hora de responsabilizarse. Hoy por hoy, si necesitas que alguien atienda a tu gato o tu perro durante unos días, hay voluntarios que trabajan para diferentes asociaciones, y que van a visitarlo y a estar con él, sacarlo de paseo en el caso que se necesite, y tenerlo alimentado y cuidado a cambio de un módico precio. No se trata de que les pagues un sueldo, porque no es eso, sino de facilitar un beneficio mutuo, en el que tu animal está cuidado, y a ellos les genera ingresos para la asociación y poder seguir comprando arena y comida, pagar facturas veterinarias, transportines, jaulas, y buscar hogar a animales que lo necesitan.
Informáos, no cuesta nada.Si vuestra asociación no facilita este servicio, proponédselo, quizá no se les había ocurrido.

Cuidad de vuestros animalitos, #adopta #adoptanocompres #animalesnosoncosas Y mirad con mejores ojos a gatos adultos, no les cortéis la posibilidad de ser felices y tener una familia sólo porque el tiempo jugó en su contra, ¿quién te dice que ese gato adulto que necesita un hogar no fue arrojado a la calle por dejar de ser un cachorro, por hacerse grande? ¿Quién te dice que ese ser adorable no fue un cachorro en el que nadie se fijó, y fue creciendo en casas de acogida o refugios, pero ansía un hogar donde desarrollar todo su potencial y ser feliz? A Phoebe la recogieron con unos 3 meses de edad, y a mi casa llegó a los 8-9, más o menos, pero sus hermanitas fueron adoptadas hará menos de un mes, y han cumplido el año esperando su turno.

Orión haciendo la siesta en mi pie.
Os invito a releer el post sobre Alma y Phoebe, a contarme vuestras historias en comentarios, y a difundir el mensaje, a ver si entre todas conseguimos que el abandono sea sólo una anécdota.

También quiero aprovechar para Recordaros que el Observatorio de Justicia y Defensa Animal y la Fundación Affinity están uniendo sus fuerzas para conseguir una reforma del Código Civil Español, y que los animales sean considerados seres vivos dotados de sensibilidad, algo que ya debería estar especificado, y evitar que sigan considerándose objetos, con la desprotección legal que eso conlleva.

Hay una petición abierta que requiere 500.000 firmas en la plataforma Change.Org que os dejo aquí, y podéis obtener más información al respecto en las webs de estas dos instituciones. Están enlazadas a sus nombres.

Es una información que me llegó y que creo que a todos nos interesa, ni es una colaboración, ni nada por el estilo, sólo que me parece interesante; al menos, si te importan los animales. Sentíos libres de firmar la petición, o de no hacerlo, aunque yo os agradecería que lo hiciérais y así podamos darles a los animales una voz que, hoy por hoy, se les niega.
#AnimalesNoSonCosas.


Espero que os haya gustado, y que no se os haya hecho eterno.
¿Os animáis a compartir, potingueras?

33 comentarios:

Noelia Cano dijo...

Sí que a todos nos interesa.
A mi me ha encantado el post de principio a fin.
Orion es muy, muy especial y eso es algo que se percibe a primera vista.
Un besazo!

rocipici dijo...

me he quedado sin palabras Beatriz. Me ha encantado el post y por supuesto Orion. Es precioso él y la labor que habéis hecho. Muchas gracias por contarlo

Marigem dijo...

¡Hola!
Me he sentido identificadísima con este post. Hace 13 años adoptamos una gata adulta de unos 5 años precisamente por lo qu edices, porque nadie los quiere y la vi y me enamoré.
Al principio no quería estar en casa, se metió en un armario y no quería salir, le dimos tiempo y luego del armario pasó a una habitación y meses después ya era una más. Costó lo suyo porque al principio odiaba a mi gato con todo su alma pero poco a poco todo mejoró.
Cuando llevaba en casa unos 9 años le notamos un bulto, la llevamos al veterinario y nos dijeron que era un tumor. La operamos y después de curas diarias y mucho cariño remontó, pero un año después reapareció y ya no pudimos hacer nada. Tengo un post en el blog en homenaje a ella, la quisimos tanto, era una más en la familia. La lloramos mucho pero me alegra de haber compartido con ella esos 10 años, y creo qu epara mis hijos, crecer con animales ha sido fundamental, les ayuda a ser empáticos y sensuibles. Y por cierto, a la mía también la abandonaron precisamente por lo que dices, ese control de mordidas y arañazos...hay signos que se notan.
En mi casa todos los animales son adoptados o recogidos y me llenan de alegría.
Tus peludos son preciosos.
Besos y me encantaría saber que arena es esa que no se pega, porque a mi gatita le pusimos una especie de gelatina cuando estaba con puntos y le daba grima y no iba a la caja así que volvimos a la de siempre.

Ali Momentos de Evasion dijo...

Siempre he sido una persona de gatos (mas que perros) pero al estar de alquiler - y en el extranjero - es algo que ni me planteo. Pero me gustaria mucho, y esta claro que si alguna vez me animo y las circustancias cambian, sera un gato adoptado :) Es precioso por cierto!
Besos!

Los caprichos de ailec dijo...

Qué post tan bonito y emotivo. Yo he adoptado tres gatos (el primero falleció con solo 3 añitos hace caso 2 años)en toda mi vida y se que volveré a hacerlo. En mi caso han sido todos cachorros por diferentes circunstancias. Entre ellos tengo uno negrito que, en un principio se vino con su hermano en acogida hasta que encontrarán un hogar. Su hermanito (no era negrito) y encontró un hogar al mes más o menos, mi negrito también lo encontró con nosotros. Era un pobre cachorrito de 4 meses que bufaba y tenía miedo a todo salvo a su hermanito. Juntos hemos aprendido a querernos y ahora es un "gato peluche" en toda regla.

Pobre Orion todo lo que tuvo que pasar...Con la mirada nos dicen todo. No entiendo como la gente puede abandonar gatos así como así, pobre angelito ¡menos mal que ahora está en una casa en la que lo quieren y le dan todo el amor que necesita! Qué duro tuvo que ser el acercamiento, pero también muy bonito y él noto todo el amor que había detrás de cada gesto, cada voz...Tu madre y tu sois dos personas maravillosas. Qué bien que los tres se lleven bien, seguro que Alma se termina de ablandar en un par de semanas y luego no habrá quién les separé,jeje.

Yo me voy mañana de vacaciones y siempre que nos vamos nuestra casera (que es un amor y vive debajo) viene todos los días a darles amor y todo lo que puedan necesitar. Nunca les dejaríamos solo y mucho menos abandonarlos. Son nuestra familia. bsts!

Aydita dijo...

¡Me he emocionado un montón con esta entrada!
Yo viví algo similar con mi perro y es muy duro pero a la vez bonito y satisfactorio!
Besos

Joanna de Cosmética en Acción dijo...

Me ha gustado muchísimo la historia, Beatriz. Por cierto, mi hermano también tiene un gato negro muy parecido. Lamentablemente soy alérgica a los gatos y a los perros.

Besos

Mareas dijo...

Aquí ando con la lágrima floja leída esta entrada, me encanta, aquí se destila cariño, se destila paciencia, se destila AMOR por los animales así en mayusculas.
Me encanta Orion y me encanta su historia. Un bálsamo para vuestras heridas del alma y ahora tenéis el cariño incondicional.
Un beso.

Joha dijo...

Hola Beatriz,por fin te pude conocer.... a traves de tus palabras, hoy Miguel de Ces San Blas me envio este link y solo me queda agradecerte para siempre todo lo que hiciste!!!!!!!!!!!!! Yo participe en su rescate gracias infinitas tambien a Conchi y Miguel de Ces San Blas que son una asociacion que para lapoca ayuda que tiene ayudan muchisimo!
Gracias por tus valiosos consejos,por haberles dado la oportunidad a esos 3 preciosos peludines y animo tambien a la gente a adoptar gatitos adultos que son los que mas dificil lo tienen...

Sunika (Asuncion Artal) dijo...

Adoptar un animal adulto tiene sus ventajas y sus inconvenientes pero yo soy pro adopción. Los mayores tienen menos salida pero hay que pensar que con lo que han tenido que vivir cuando descubren el cariño y el amor son lo más, te ganas su total devoción y el cariño que te profesan es indescriptible. Un besazo

Adaldrida dijo...

Querida, me has emocionado muchísimo.
Yo tengo claro que ahora no es el momento, pero que en el futuro tendré un gato, y que lo adoptaré, y que no me importará que sea adulto. Así como un perro me parece más difícil adoptarlo, te voy a ser sincera, lo de adoptar un gato lo tengo clarísimo. Me has hecho llorar con tanta sensibilidad. Y tanta dulzura como la que desprendes en este post 😍

Marina Mdc dijo...

Eterno, de ninguna manera, y más cuando es una entrada que teníamos tantas ganas de leer.

Me alegro muchísimo de que seas una persona así y que le dieses la oportunidad a un gato como Orion, porque ya no es que sea un gato adulto, es que es negro, y los animales negros siempre cuestan más que salgan en las protectoras.

Decirte que es un gato precioso, me encanta esa tonalidad caoba que tiene en la parte inferior, es una verdadera preciosidad, y alucino que le dejaran en la calle, y lo mal que lo habrá pasado, por las cosas que cuentas, de que simplemente al ponerte de pie se asustaba...habrá vivido de todo, me enciendo al igual que tu, pensando la poca sangre que se puede tener para abandonar a un animal así a su suerte.




Yo a Master también le adopte siendo ya adulto, y después de pasar por varias casas de acogida y tenerlo ingresado muchísimo tiempo haciéndole pruebas en el veterinario, llegó lleno de calvas de costras, con diarrea...pero de carácter, a pesar de ser huidizo conmigo por que sea desde el primer momento no se despegaba de mi, quería estar todo el rato con mimos y demás, en la protectora se sorprendieron todos muchisimo de ese cambio en el mismo día que le llevé a casa. También es cierto que en ese momento el estaba sólo conmigo, mis otros dos gatos vivian con mis padres, así que igual eso le tranquilizó. Logicamente no fué un proceso tan largo, pero si tardó un poco en confiar en los demás, pero es un gato muy listo, sabe de sobra a quien pedirle mimos y a quien no. Con el tiempo seguro que es todo lo feliz que se merece.

De verdad, yo te doy las gracias, colaboro con un par de protes, y gente así, hay poca. Comparto tu post.

Besitos!

María Fernández dijo...

Estoy llorando desde la mitad del post y poco más puedo escribir porque ni veo. Gracias, de todo corazón por hablarnos de Orión... no tengo palabras ni puedo imaginar todo lo que ha sufrido. Por suerte, todo lo malo ha terminado y con el tiempo espero que no guarde ni el recuerdo.
Un beso muy grande!!

cosmeticaOlga dijo...

Bonita historia, me ha encantado. Hace poco murio mi Rei, tenia un poco más de 1 año y poco tiempo despues cogimos un gatito que encontraron en la calle, asustado como el tuyo, pero ya se le pasa poco a poco, con mucha paciencia y amor espero que se recupere pronto y podra correr por toda la casa y jugar con mi Kuki. Adoro los gatos y estoy contigo al 100%, no entiendo como se puede abandonar un animal...mejor buscarle otra casa, con ayuda a una asociacion creo que es posible.
Muy guapo Orion, precioso, espero que este contigo muchos años.
Un saludo.

Lady Sibylain dijo...

Que maavilla de familia peluda tienes! Yo también recogí a mi gatita de la calle, y es lo mejor que he hecho en mi vida, no hay cosa más amorosa en el mundo, siempre está pegada a mi, y como dices, tiene una dulzura en los ojos que yo tampoco entiendo como alguien puede abandonar o maltratar a seres inocentes sin inmutarse, Mi gata tuvo un absceso este invierno y confía tanto en mí que me dejaba curarla sin resistencia, se quejaba un poco pero ni se movía, a veces cuando llevo muchas horas fuera de casa estoy deseando volver porque se que me extraña, y enroscarnos juntas en donde sea a darnos cariño es algo muy especial! La gente dice que se me ilumina la cara cuando hablo de ella, es como mi niña,,,

Voy a firmar la petición de cabeza, sigue contándonos cosillas de ellos, que me emociona mucho saber que eres tan buena con los animales

Muchos besos bella

Loli Sánchez dijo...

Me ha encantado el post. Se ve que Orión es un gato muy especial.
Yo perdí a mi gata Juno después de 15 años conmigo por culpa de un cáncer. Y desde entonces no hemos vuelto a tener gato, porque la pérdida fue muy dolorosa.
De todas maneras ya le voy haciendo a la idea a mi chico de que algún día volverá a haber en casa un gato y por supuesto será adoptado.

Besos!

Beatriz MissPotingues dijo...

NOELIA CANO: Muchsa gracias, guapa. Tú has conocido mucho de su historia, gracias por el apoyo constante.

ROCIPICI: Gracias a ti por leerlo. Un abrazo!

MARIGEM SALDELAPURO: A ver si me paso y leo ese post. Yo espero que viva muchos años con buena salud. Espero que la arena te funcione. Aunque te envié un mail, dejo aquí el enlace por si a alguien más le hace falta: http://www.tiendanimal.es/sanicat-rainbow-verde-arena-absorbente-colores-p-13648.html
Ya me dirás si le va bien. Si necesita ir cerrando los puntos, busca una pomada que se llama Avril, lavenden en farmacias. La versión antigua era maravillosa y ayuda a cicatrizar en nada y menos, y no es pringosa. Necesitas muy poca cantidad. Ahora la han reformulado (y estropeado a mi entender) pero sigue haciendo su papel. Ya me contarás.

ALI MOMENTOS:Gracias, guapa. Ahora no es tu momento, pero, cuando lo sea, que sea adoptado, y que te dé igual raza, color, edad, o si le falta un ojo. Todos son amor con patas.

AILEC877: Gracias, guapa. Adoptar cachorros está muy bien, ellos también tienen derecho a un hogar. Lo que intento que la gente entienda es que no sólo hay cachorros por adoptar, y que a veces, por nuestra forma de vida o personalidad, nos encaja más un adulto. Estoy segura de que tu gato es estupendo.
Alma tiene sus días, tan pronto le busca, como le bufa a cada minuto. Es cuestión de tiempo.
Qué buena casera, así da gusto.

AYDITA: Muchas gracias, guapa. Totalmente, estoy de acuerdo contigo.

JOANNA: Qué pena que no puedas disfrutar de ellos. Gracias por pasarte, guapa!

MAREAS: Gracias, guapa. Ciertamente, creo que ambos nos encontramos para curarnos mutuamente.

JOHA: Encantada de saludarte!! Gracias a ti por rescatar a Orión, y or darle a oportunidad que la clle le estaba robando. Gracias por tomarte la molestia de visitar mi blog par dejarme unas palabras, es un gesto muy bonito. Cierto, Conchi y Miguel hacen una labor excepcional, no sé cómo pueden con todo.
Me algro de que te haya gustado el post, espero que, aunque grano no hace granero, ayude a que la gente vaya tomando conciencia de una realidad que vivimos cada día. Un abrazo!

ASUNCIÓN ARTAL: Yo no le encuentro inconveniente alguno. Los gatos son seres muy inteligentes y saben cuándo están en peligro, y cuándo no, y una vez superan el miedo, son generosos y leales.

ADALDRIDA: Gracias, cielo. De corazón te lo digo. Cuando llegue tu momento, y tu gato, lo sabrás, y ya no te podrás separar de él. Es muy bonito, te mereces vivirlo.

Beatriz MissPotingues dijo...

MARINA MDC: Gracias, guapa. Sí, lo del color nos lo comentó Miguel, como que las ricolores tampoco tienen una salida fácil, cosa que no entiendo, ¿qué hay más exclusivo que el dibujo del pelaje de una tricolor?¿Y más misterioro que un felino de pelo negro y brilante con ojos amarillos? Jamás entenderé esas cosas. Cuando un gato te entra directo al corazón, te da igual que sea verde con motas rosas.
Yo creo que Master era para ti, que hubo conexión desde el principio. Ellos eligen muy bien. Orión, del estrés que tenía, al pocod e estar en casa se peló todo el cuello. Entre que tenía heridas y costrones también en las patas de atrás, y muchas uñas medio astilladas, y que se rscaba compulsivamente, te puedes maginar. Cuando ya me dejó irle tocando, le masajeaba yo el cuello para que nos e rascara, y así lo contrlábamos mientras se caían las costras y pudimos recortarle las uñas. Hemos tenido muchas cositas que superar por el camino, pero con cariño y buena voluntad, todo se logra.
Gracias a ti por dedicar tu tiempo a estos animalitos. Yo creo que somos muchos, pero se ve más e daño que hacen 4 descerebrados, que lo que se lucha por ellos, lamentablemente. El mundo está cambiando a favor de los animales, lento, pero seguro.

MARÍA FERNÁNDEZ: Gracias a ti por tus palabras, y por esa sensibilidad. Orión es un gato feliz ahora mismo, con pequeños miedos a superar, pero cada vez menos, afortunadamente.

OLGA MAKEUP: Gracias, guapa. Vi lo de Rei, lo siento mucho. Espero que el nuevo adoptado se adapte pronto y lo disfrutes muchos años.

LADY SIBYLAIN: Gracias, guapa. Te entiendo, proque son cosas que he vivido, o que sigo viviendo. Lo de enroscarme cuando vuelvo a casa, con estos de ahora aún no, pero con Dori, no me daba tiempo ni a soltar el bolso. Ahora, que me cambia la cara cuando hablo de ellos, ya te lo puede decir todo aquél que me conozca y me haya sufrido en plan Mother Of Cats. A örión no le sajaron el absceso porque, pese a que tenía el tamaño de un huevo de gallina chica, no estaba hecho del todo cuando lo pillamos, y se lo redujeron con medicación, porque era muy arriesgado abrirlo amedio hacer,y muy complicado hacerle las curas en ese momento.

LOLI SÁNCHEZ: Gracias, guapa. No dejes que el dolor te cierre las puertas, ni se las cierre a ningún animalito a disfrutar de vuestra mutua compañía. Yo he perdido ya a 3, y los 3 me han dolido, pero si algo me han enseñado es que aquí estamos un ratito, y que hay que ser generosos, que el amor que recibes no se pierde, sino que se reparte si dejas entrar a otro animalito en tu vida. Su legado es ese, ellos nos preparan para los que vendrán.Espero que pronto adoptéis de nuevo.

Graciasa todos, de verdad, por vuestras palabras, por vuestra visita, y por vuestra generosidad. Un abrazo, potingueras!

M PILAR ORTIZ RUIZ dijo...

me ha encantado leer desde el principio y hasta el final de toda la historia con Orion, te felicito por la paciencia y amor que has demostrado tener con este gato y si, es dificil adoptar gatos adultos ya que la mayoria de gente los quiere cachorros y quien mas lo necesita es un adulto que ha sido abandonado, nosotras tenemos uno que mi hija lo recogio de la calle pero era pequeño, unos dos meses o asi, desde entonces ya han pasado 7 años de esto, pero lo que queria decir es que si hubiesemos querido un gato no hubiese dudado ir al albergue y adoptar uno adulto que da mucha pena porque estos son los que mueren de tristeza literalmente, te felicito por lo que has hecho y hacer feliz a un gato y darle un hermano a las gatas que ya tienes, un besazo para ti y unos mimos para cada uno de ellos :)

Eneri dijo...

Me emociono mucho leyendo este tipo de casos y no puedo menos que agradecerte ese amor incondicional que tienes por los animales. Ya sabes que yo he adoptado hace unos meses una cachorrina porque es mi primer perro y quería saber qué se siente pero en mi mente está también poder adoptar algún adulto porque es muy triste que no se fijen en ellos, así que me encanta tu postura. Un besazo

msevilla dijo...

To leí ayer, y lo he vuelto a leer hoy, qué importante todo lo que cuentas y haces, yo creo que las mascotas no deberían regalarse, igual que no se tienen hijos como premio, porque los seres vivos estamos para convivir, ayudarnos y darnos cariño. Las personas no somos amos de nadie.

esther makeup dijo...

Es una historia preciosa llena de amor y valentía... por ambas partes, tanto vosotras al adoptar un gato adulto con algun que otro trauma como por parte de Orion que pudo superar sus miedos. Me ha encantado leer como poco a poco y dándole el tiempo y los cuidados necesarios pudisteis llegar a una feliz convivencia
Un besote

Lucía_lamiradadeluci dijo...

Me alegra muchísimo que Orión haya encontrado un hogar donde se le quiera y se le respeta. Y adoro a la gente que como vosotras os atrevéis con estos retos y decidís hacerle la vida mejor a estos seres tan especiales. Un besote

Beatriz MissPotingues dijo...

M PILAR ORTIZ: Gracias, guapa. Ciertamente, hay animalitos que mueren de pena esperando su oportunidad, y se te rompe el alma si les miras a los ojos cuando están rogando por una caricia. Nosotras recogimos a Dori de la calle con unos 3-4 meses, cuando no teníamos intención de hacer creceer la familia, y fue una decisión muy acertaa, era una gata super especial, y ahora la vida nos brinda otra oportunidad con 3 maravillosos ángeles peludos. Somos nosotras las que estamos agradecidas.

ENERI: Gracias, guapa. Te animo a adoptar un adulto. Son muy protectores con la familia, y suelen "adoptar" a los más jóvenes.

MSEVILLA: No entiendo muy bien tu comentario, pero creo que sé por dónde vas con lo del regalo, me imagino que te refieres cuando se regala un animalito por buenas notas, cumpleaños, etc. A mí tampoco me gusta esa inclusión de un animal en la familia como un objeto, un rego. Otra cosa es que se conciencie de lo que significa adoptar a un animal, y se vaya a recogerlo juntos. Debe ser una decisión responsable. No me gusta el término "mascota", cosifica a ls animales, y no son cosas, son familia. Como bien dices, no somos sus dueños, somos sus compañeros, aunque dependan mucho de nosotros, por eso debemos esforzarnos en darles un hogar seguro y lleno de amor.

ESTHER MAKEUP: Gracias, cielo. Orión es un campeón, cada día nos sorprende. Es un gato que te da una paz increíble sólo con su presencia.

LUCIA LAMIRADADELUCI: Gracias, guapísima! Ojalá más gente se anime a adoptar a estos animalitos que tanto lo necesitan, y les den la paciencia y el amor que requieren, la recompensa es enorme, te lo aseguro.

Gracias a todas por pasar y comentar. Un abrazo grande, potingueras!

The Magic's World dijo...

Me ha encantado tu post!! Sin duda es toda una decisión, y a veces hace que pienses si era la buena, pero sin duda lo es cuando ves lo que haces por él! Un post cargado de emoción!
Un miauuuuubesito enorme!!!

MARIA JOSE dijo...

Me has tenido pegadita al ordenador desde el primer párrafo hasta le último. Qué historia más triste la de Orión, pero también qué bonito final y qué gran lección de amor y respeto, algo que no debería faltar ni con los animales ni con las personas... y el mundo iría de otra manera.
Muchas gracias por compartir la historia de tu precioso Orión y que disfrutes muchos años de tu preciosa familia gatuna.
Besis

tita hellen dijo...

Para que luego no digan que la adopción de un animal no es como un hijo... pero si es que es un amor incondicional total!

Yo creo que el tener dos hermanas gatunas también ha ayudado en el proceso, pero Orión me parece precioso y supernoble. Me alegro de que al final, se haya abierto y sea un gato feliz y más relajado, porque imagino que él estaría tan tenso como vosotras en casa.

La verdad es que si adoptase (que hasta que no viva sola, creo que no va a poder ser), preferiría un gatito adulto, porque tienen una personalidad más definida y así puedes saber si puedes adaptarte mejor a él, forzar a un animal a ser quien no es (como las personas), solo crea malas sintonías.

La historia, con sus altibajos, es muy Disney, me alegro de este happy ever after!

sonia b. dijo...

una historia dura y preciosa a la vez, con final feliz
me ha emocionado leerla

Beatriz MissPotingues dijo...

THE MAGIC'S WORLD: Gracias, guapa. Tiene que ser la correcta si el bienestar del gato es el resultado.

MARIA JOSE: Totalmente. Si nos respetáramos más todos, y si tuviéramos un poquito más de amor y generosidad, el mundo sería mucho mejor. Muchísimas gracias, guapa!

TITA HELLEN: Por mucho que digan las personas que quieran postularse en unaversión de primacía del humano sobre el animal, la adopción de un animal y la de un niño distan muy poco. Te puedo asegurar que, quien me ha visto y me conoce, y ha vivido muy de cerca esta historia conmigo, me ha colgado el título de mamá. A Orión le ha ayudado ver que había otros gatos en casa, y que se es trataba bien, y le resultaba curiosa Phoebe, porque son como dos cachorros, pero en principio fue el estar tranquilo y que no hubiera otros animalitos alrededor lo que consiguió que se tranquilizara. Todo en su momento ha ayudado, es un gato social y sociable, y le gusta estar en compañía.
Me alegro que tengas idea de adoptar un aduto, pero te diré que:
1.- no puedes forzar a un gato a ser quien no es. Es un tipo de animal que ni finge, ni se doma.
2.- nunca acabas de conocer a tu gato, es una sorpresa hasta el final, y es lo que lso hace fascinantes.

SONIA B: Muchas garcias, guapa!

Besos a todas, y muchas gracias por vuestras palabras, potingueras!

Julia R. (El baúl de Eleanor) dijo...

Qué preciosidad de historia. Yo no tengo animales, pero respeto mucho a quienes tenéis para darles el amor que necesitan.

Unknown dijo...

Qué bonito!!Gracias por compartir, eres una madraza!! :) bonitaaa
Contagias amor!

Potinguiles Viajeros dijo...

Me he tomado mi tiempo para leer la historia de Orion y sólo puedo decir que después de una vida difícil ha dado con un hogar lleno de cariño. Sé lo complicado que es que un animal confíe en el ser humano después de tener una vida en la calle, pero la alegría que se siente cuando ese animal te da su cariño no tiene precio. Disfrutad de vuestro tiempo juntos. Besos!!

Beatriz MissPotingues dijo...

JULIA R, DIANA SÁNCHEZ: Gracias, guapas!

POTINGUILES VIAJEROS: Lo bueno es que ellos no guardan rencor, son más nobles que las personas. Muchas gracias!

Un abrazo, potingueras!

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