Revlon ColorStay Mineral Foundation, una opción más que aceptable.

¡Hola, potingueras!

Hoy os traigo unas impresiones sobre una base en polvo mineral que me hizo llegar Morgan hace ya un tiempito. Aún os debo un par de reviews sobre otras dos bases que venían en ese mismo paquete, todo llegará.

La base sobre la que versa este post es la Revlon ColorStay Mineral Foundation en el tono 020 Fair (claro/muy claro, aunque creo que hay otro tono anterior, 010, lo que pasa que el 010 suele ser más claro, pero también algo más rosadito. No lo he visto en directo, pero, en base a mi experiencia con las bases de Revlon, afirmaría que es así)

A mi, por ejemplo, este tono 020 me queda algo oscurito, pero como uso muy poquita cantidad, lo he podido ir utilzando con bases extremadamente claras como polvo de acabado (aunque no es su función específica, pero se puede usar así y fija muy bien el maquillaje)


Es una base en polvo. mineral, con una cobertura media que consigue tapar rojeces y pequeñas imperfecciones, y que deja un acabado mate. 
Respecto a este acabado, debo decir que debende un poco ese tipo de "mate" en función del tipo de piel que tenga la usuaria. Si la piel es grasa, es un mate bonito, natural; pero, si la piel es más bien apagada, cuidado no os paséis con la cantidad porque puede dar sensación de acartonamiento.

Tiene un Spf 10, muy bajito. Yo casi preferiría que no lo tuviera a que tenga tan poquito, y es de larga duración. Promete hasta 16 horas de permanencia como toda la línea ColorStay.
Yo no la he llevado tantísimas horas, pero sí que es cierto que me ha aguantado jornadas muy largas sin parchear y sin sacar brillos (a mi la cara no me suele brllar de por sí, pero con esta base, me brilla menos, incluso con bases líquidas que sean más glow)

Es libre de aceites y perfumes, así que es ideal para pieles algo sensibles, mixtas y grasas.

El envase es bastante curioso y contiene 10 gramos de producto.
Por una parte, está el botecito transparente donde podemos ver la cantidad de polvos que nos quedan; y por otra, tenemos un curioso tapón negro que se va afinando y aplanando hacia el final, con un corte en el centro.

 

Ese corte no es otra cosa que el sistema de giro de la brocha que contiene el botecito.
En teoría, deberíamos quitar el protector (del que ahora os hablaré), dejando los agujeritos al aire, cerrar el bote con el tapón negro, girar la brocha para obtener el producto, y aplicarlo sobre la piel.
Problemas: es incómodo el proceso, es poco eficiente, y, además, la brocha pincha como un demonio.

Con respecto al resto del envase, por un lado me ha encantado la pieza protectora del filtro, ya que es de plástico grueso, permite cogerla con facilidad sin romperse las uñas, y, aademás, tiene unos dientes que encajan perfectamente en los agujeritos de dicho filtro y se puede quitar y poner tantas veces se desee.

 

 

Yo suelo volcar algo de producto sobre la tapa de algún polvo ya gastado o similar y lo tomo desde ahí con una brocha de mi gusto para aplicármelo.

Al hacer este volcado, me dí cuenta de que, por la forma de la pieza que hace de filtro, parte de los polvos se quedaban sin posibilidad de salida y acceso, y me dió por pensar si podría quitarse esa pieza sin romperse las uñas. Y sí, se puede hacer con suma facilidad.

Conclusión: los polvos son bastante majos, pero el envase es una castaña; así que os recomiendo trasvasarlos a un botecito más cómodo y que permita un almacenaje más simple.

Por el tono, la duración, el acabado, y su capacidad para absorber y no sacar brillos, creo que es todo un fichaje para mi de cara al verano, más en tierras tan húmedas como las de Levante.

¿Habéis probado la Revlon ColorStay Mineral Foundation, potingueras?