Una Mascarilla Al Día: ¿Sí o No?

 ¡Hola, potingueras!

Hace un par de semanas os comentaba en Instagram mi primer propósito de belleza para este año: utiizar una mascarilla facial al día. Enseguida hubo quien criticó esta decisión, y fue quien me dió la idea para este post, cosa que le agradezco, igual que le agradezco siempre su participación y su educación y respeto al exponer su punto de vista en los diferentes temas que voy proponiendo, estemos o no de acuerdo. Tenemos buena relación, esto no es un ring ni nada parecido, quiero dejarlo muy claro. Somos compañeras blogueras y podemos pensar diferente.

No soy cosmetóloga, ni voy de ello. No le voy a decir a nadie cómo deber cuidar su piel. A mí me ha costado mucho tiempo, recursos, y más de un disgusto, aprender a cuidar la mía. Y entre disgustos incluye hacer caso de ciertos profesionales que me han generado problemas que sigo arrastrando por hacer más caso de su criterio que de lo que me estaba gritando mi propio cuerpo. Creo que conocer tu piel es fundamental.

Mi propósito: Una mascarilla al día.

Durante el 2020 mi piel ha sufrido bastante entre estrés, confinamiento, exposición solar posterior, mascarillas, exposición al aire, viento, frío, calefacciones, etc. Cuando llegó el final del año quise hacer algo por ella en serio, y recordé esas veces en las que he hecho una cura intensiva de 1 mascarilla al día durante una semana, ¿por qué no hacerlo durante un mes?

Además, teniendo en cuenta la cantidad de mascarillas que tengo a medio terminar porque no encuentro el momento de ponerme con ellas, podía elaborar una rutina variada e ir dándole a mi piel lo que iba requiriendo. La intención era hacer una cura de choque que me devolviera una piel equilibrada, hidratada, luminosa, calmada, y suave.

Por otro lado, cuidar la piel también se convertía así en un momento de mimo diario para mí. Es muy importante valorar ese encuentro contigo misma y crear un espacio diario, ya sea de más o menos tiempo, en el que pasar un rato a solas con la persona que te va a acompañar toda la vida: tú.

Por el ritmo de vida que llevamos, nos solemos dejar para lo último y nos arreglamos y desmaquillamos en modo automático muchas veces. Ponerse una mascarilla obliga a prestarse atención y a tratarse de cierta forma más tranquila y cuidadosa.

Sobre si es saludable o no usar una mascarilla al día, vamos a encontrar dos posiciones antagónicas: voces que dicen que la piel se satura, y la rutina coreana que defiende este tipo de uso. Yo no estoy ni en uno ni en otro bando, estoy en el mío.

Sobre la si la piel se satura, bueno, supongo que depende de lo que uses y de cómo lo uses. Es como decir que la piel se satura por usar cada día un serum. Si el serum que utilizas es demasiado para tu piel, obviamente sí. Si el serum que usas cada día es para tratar un problema y el problema se soluciona, y lo sigues usando, también. Ahora, si el serum es el complemento que necesita tu rutina, no veo el problema. Creo que se puede aplicar lo mismo a las mascarillas: depende de lo que uses, para qué lo uses, cómo lo uses, y el tiempo que lo uses.

Mi intención, en principio era hacerlo un mes seguido (ya veremos qué se me ocurre para el mes de febrero), pero tenía muy presente que, si en cualquier momento notaba que mi piel no requería de mascarilla alguna, o incluso comenzaba a generarme algún problema, igual que cuando cambio una rutina de cuidado facial si una crema no me da más, la retiro, lo mismo haría con las mascarillas. No se trata de imponerse los propósitos por cabezonería, sino de hacer algo positivo por ti, e irlo evaluando a lo largo del camino, sabiendo que si no va bien hay que dejarlo pasar.

Yo llevo casi un mes rotando 1 mascarilla al día y usando parches para el contorno de ojos a diario (según las especificaciones de producto, pueden utilizarse de este modo), y me veo y siento la piel mucho mejor. Voy a completar el mes, y os contaré impresiones más adelante. No sé si seguiré con el uso diario de mascarilla en febrero, o si lo rebajaré a días o a semanas alternas, todo depende de cómo esté mi piel, y lo que me vaya pidiendo. Se trata de establecer el hábito de prestarle atención a la piel y atenderla correctamente en cuanto a "extras".

Cómo lo estoy haciendo yo:

Hay mascarillas de muchos tipos: purificantes, limpiadoras, iluminadoras, calmantes, hidratantes, nutritivas, aclaradoras, ...etc, Tengo varias de cada, así que puedo ir variando y establecer una especie de "rutina mascarillera" (se me han acumulado, sí, pero no se trata de gastarlas por gastar, la que está bien y no voy a usar va a otras manos, y la que se estropee se retira)

Si un día usas una purificante, al día siguiente una calmante, el siguiente una hidratante, el siguiente una exfoliante, el siguiente una iluminadora, el siguiente una antiedad, el siguiente una nutritiva, por poner un ejemplo, en realidad, usas un tipo de mascarilla a la semana. Aunque uses 7.

Por otro lado, existen mascarillas creadas para uso diario (ncturno, generalmente) y parches que pueden utilizarse en el contorno de ojos cada día. Yo los llevo usando meses y os puedo asegurar que no sólo no se me satura la piel, sino que me ayudan muchísimo a descongestionar la zona y a mantenerla en mejor estado de lo que suele presentar sin su uso. En invierno, sobre todo, el contorno de ojos sufre muchísimo y toda ayuda es poca.

Otra cosa que también he hecho es modificar los tiempos de exposición. Si una mascarilla tiene un tiempo de 15 minutos, a lo mejor la he retirado a los 10 o a los 5, dependiendo de si era más o menos necesaria ese día, si necesitaba un aporte muy intensivo o algo más suave. Por ejemplo, las que son más agresivas para mi piel, de tipo purificante o exfoliante, las he espaciado más, y las he dejado algún minutito menos. Las de tipo calmante o hidratante se han quedado normalmente el tiempo que piden, sobre todo si tenía la piel protestona; y más o menos e ido calibrando el resto en función de sus propiedades. Como os he dicho y os diré a lo largo de este post, se trata de observarte mucho y de ajustar la rutina a tus necesidades.

Como os comentaba antes, en la rutina coreana se contempla dentro del programa diario el uso de una mascarilla facial al día, de las de tisú, y de hecho, les sorprende y escandaliza que las occidentales no hagamos esto.

Yo no sigo una rutina coreana, pero sí tomo elementos de ella para mi cuidado facial, porque creo que saben cuidarse, y de todo se aprende. Es adaptar lo que hay a lo que necesitas.

Mi piel es sensible y tiende a deshidratarse y resecarse, sobre todo en invierno, y según voy cumpliendo años, lo voy notando más. Mi objetivo es el bienestar de mi piel (sentir tirantez y molestia es casi una constante en este tipo de piel, la idea es notar la piel relajada) Por esto mismo, debo tener cuidado cuando cambio mucho de hábitos de rutina. Este proyecto de mascarilla podría haber sido un desastre, pero no lo ha sido. Ahora, como ya os he dicho, observación y prudencia.

Yo os iré comentando avances.

 

¿Qué os parece este tema?¿Cada cuánto utilizáis mascarillas?¿Os gusta probar otras formas de cuidar vuestra piel, potingueras?