Potiquedada Con Fussi y Pepita de Melón: Parte 1. Kiko y Flormar.

¡Hola, potingueras!

Hace tres semanas tuve un fin de semana movidito potinguilmente hablando y, entre hoy y mañana, voy a intentar contaros todo lo que se pueda de este par de días, para mi, tan divertidos e interesantes.

Seguramente a estas alturas ya habréis leído la respectiva entrada sobre el mismo tema de Fussi y pronto lo podréis leer de parte de Pepita de Melón en sus correspondientes blogs.
Si no es así, ya estáis tardando.

Potiquedada con Fussi y Pepita de Melón: Kiko, primer asalto.
El viernes día 2 de marzo, Fussi, Pepita de Melón y yo quedamos en la puerta de la tienda de Kiko con la intención de "portarnos bien" y, más o menos, lo conseguimos.

Yo fui tremendamente comedida y sólo me compré uno de los Glam Eyeliner Duo que quedaban rebajados a 3,90€; en este caso, el número 06, un duo de verdes (verde esmeralda y verde manzana) absolutamente precioso.

Como ya he comentado con los anteriores lápices de esta colección que tengo, me encanta la textura, la pigmentación, la duración, el acabado,...todo; por eso, porque me encantan los verdes, y porque este lápiz me estaba esperando (si te encuentras algo demasiadas veces, es por algo), me decidí a traérmelo a casita y darle el uso que se merece, que este año el verde tiene la veda abierta en primavera.

De la nueva colección Blooming Origami, que es preciosísima, por cierto, y que tiene productos muy tentadores, sólo me traje en colorete en stick Bloom Blush 02 Pink Flamingo; aunque, según entramos, las 3 echamos el 02 y el 03 a la cesta, porque son preciosos los dos. Después, a mi me dió un arranque de sensatez y dejé el 03, ya que rosas tengo muchísimos coloretes y aún estoy encontrándole el gusto a los coloretes cremosos.

Me alegro de haberme hecho con él, porque hoy por hoy, tanto el 02 como el 03 están agotados, al menos en el stand de Alicante.

El 02 Pink Flamingo es un colorete en barra de acabado mate.

Tiene un color coral perfecto: ni muy rosa, ni muy naranja; absolutamente favorecedor y alegre.

Pigmenta muchísimo (en la foto está sin difuminar) y se difumina genial tanto con los dedos como con una brochita. La chica de la tienda nos aconsejó difuminarlo con una brocha de esponja que ellos tenían en venta en ese momento en la tienda y que nos recuerda a los típicos pincelitos de las cajitas de sombras pero en tamaño dinosaurio.

La verdad es que quedaba fenomenal, pero, de momento, prefiero el sistema digital (o difuminado con los dedos)

Tiene muy buen agarre a la piel y, una vez se asienta, dura muchisimas horas. No es nada graso y creo que puede ser un producto que la firma Kiko debería tener en cuenta para próximas ediciones o, incluso, para lineal fijo (a ver si se animan, porque valen la pena)

Si lo utilizáis para los labios, os quedará como un nude coral (si es que eso existe) mate, muy bonito incluso para aquellas a las que no les suelen quedar bien los tonos nudes en los labios, como suele ser mi caso.

El stick es retráctil, aunque lo veo algo endeble y ya veremos si aguanta todas las idas y venidas que va a tener, que pueden ser unas cuantas, porque contiene 8 gramos de producto, nada más y nada menos, y cuesta 8,90€.

Cuando terminamos de ver, toquetear y comprar en Kiko los potis de turno, nos fuimos a tomar un café/té/refresco light (cada una una cosa, jj) y a contarnos cosillas; y claro, potingueras reunidas, malos pensamientos: "¿Nos vamos a Flormar?""¡Nos vamos!"

Así que, para la segunda incursión potinguil cambiamos de centro comercial y allá que nos fuimos las 3.

Flormar, segundo asalto:
Según entramos, Pepita de Melón y yo nos apalancamos ante los esmaltes Supershine Miracle Colors, que estaban rebajados a 2€.

Estos esmaltes tienen la particularidad de tener micropurpurinas extremadamente finas suspendidas en un esmalte muy brillante y con buena cobertura. Con 2 capas quedan perfectos.

Para no sentirnos demasiado "malas", Pepita y yo cogimos la dinámica de ir echando cada una a la cesta de la otra el esmalte que nos decía "mira qué bonito", mientras que Fussi andaba mirando otras cosas distraida de este juego improvisado.

Al final yo fui muy buena y sólo me llevé un esmalte de los 4 que habían caído sospechosamente en mi cesta al principio, el U24, un rosa fucsia preciosísimo que tenía en mi wishlist hace tiempo (aunque, para variar, no me la llevé, así que fue cuestión de suerte acertar)

Así queda con 3 capas.

Otro de mis potis deseados que sí recordaba tener en la wishlist era la Sombra Cocida Terracota M102, una sombra en color coral intenso que puede utilizarse en seco o en mojado, y que yo quería para usarla como colorete por el tono naranja coralino brillante tan bonito que tiene.


Esta sombra tiene 5 gramos y estaba rebajada a 4€ (su precio habitual es de 6,90€), así que no me lo pensé demasiado.

Pese a que aún no he cogido color en el rostro y que la uso con mucha prudencia, me encanta el toque tan fresco que aporta. Creo que de cara al buen tiempo es un gran fichaje.

Tiene una buenísima pigmentación (en mojado es escandalosamente pigmentada) y un agarre sensacional tanto en seco como en mojado; aunque en mojado, una vez se seca, ya no se mueve; así que esa forma de uso la reservo para cuando la quiero utilizar como sombra.

Estábamos con estas sombras cuando se nos acercó la chica de la tienda, Verónica, a explicarnos propiedades y formas de uso de estas sombras, y se ofreció para maquillar a Fussi, que ya iba maquillada, pero chica, ¡la aventura es la aventura!, y nos fuimos allá las 3 a aprender truquillos y conocer el funcionamiento de algunos de los productos de Flormar que ni se nos habían pasado por la imaginación.


La verdad es que la dejó guapísima (había base, todo hay que decirlo, que Fussi lo vale) y estuvo muy amable con nosotras.

Mientras buscábamos algunos de los productos que Verónica había utilizado con Fussi, Verónica se me acercó para recpomendarme un labial, ya que yo estaba mareando en esa zona del stand sin decidirme y, pese a que en principio yo iba a por un fucsia (sí, otro más), me recomendó el P323, un labial de la gama Pretty (envase rosa) con un color coral potentísimo, medio naranja, medio rosa totalmente escandaloso, capaz de parar el tráfico, que me encantó y que se vino conmigo, claro está (gracias, guapa)


Tiene un acabado mate, pero no es mate-seco, sino ligeramente satinado (muy ligeramente), un agarre excepcional sin resecar desde el primer momento y una ligereza que hace que tengas la sensación de no llevar los labios maquillados.


La pigmentación es altísima, es muy cubriente, y cuesta hasta desmaquillarlo, pero me ha gustado tanto que ya estoy pensando en darle un hermanito.

Contiene 4,2 gramos y cuesta 4,5€.

Mientras mis compañeras de potingueo pasaban por caja, yo seguí dando vueltas por la tienda, porque había 2 cositas que habían llamado mi atención; la primera fue una sombra mono muy especial, la 021, que me recordó muchísimo al lápiz Glamurous Eye Pencil de Kiko 403 que compré en diciembre y que, desde entonces, lo he usado muchísmo más de lo que esperaba. De hecho, para looks de diario me encanta.

El color es una base marrón con un reflejo metalizado uniforme en un color burdeos precioso.

Es tremendamente suave al tacto, casi cremosa; y tiene una pigmentación altísima. Se agarra a la piel nada más posarse sobre ella y se trabaja con suma facilidad. Estoy encantada con ella y seguramente me haré con alguna sombra más de Flormar.

Ya os comenté que la primera sombra que compré no me terminó de convencer, pero que otros acabados parecían merecer la pena, y así es.

Me costó 3,5€ y contiene 5 gramos.

Por último, vi unas polveras muy básicas, pero muy atractivas, las Wet & Dry Compact Podwer que estaban rebajadas a 5€ de 9€ que suelen costar. Toqué el polvo y me fascinó su sedosidad y la cobertura que prometían.

La polvera en cuestión tiene 2 pisos y contiene 10 g de producto.

En el primer piso encontramos un espejo en el reverso de la tapa y el polvo prensado con su protector de plástico. En el segundo, encontramos una esponjita.

Como curiosidad, el fondo de la polvera, donde reposa la esponjita, tiene un agujereado de red para que dicha esponja respire en caso de haber sido utilizada en mojado y así no crear moho.

Pese a que en esta ocasión Verónica me recomendó un tono más oscuro del que yo elegí, hice caso omiso de su recomendación, porque yo lo que buscaba era un polvo muy claro (pero mucho); ya que, en caso de pasarme de claro (algo realmente difícil con mi tono de piel), siempre podía usarlo para equilibrar y sellar alguna base que me quedara algo oscura, que es lo que me suele suceder.

Estos polvos pueden trabajarse tanto en seco como en mojado.
En seco el aspecto es sedoso, mate, pero no acartonado, muy natural.
En mojado la cobertura es bastante alta. También quedan mates y sedosos, pero hay que tener cuidado de no pasarse para que no quede demasiado polvoriento.

Y, por si os lo estáis preguntando, no, no me dejan blanca como un fantasma; aunque si encontrara el mismo grado de color en un tono más amarillento quizá se me ajustara del todo (manías, chica, manías)

Por si os lo preguntáis, el tono fue W01, un tono bastante neutro, aunque quizá tiene un matiz ligeramente (muy ligeramente) rosado, pero la cara no queda rosa.

Por llegar (o casi) a los 20€ de compra, nos regalaron unas bolsas enormes de plástico para ir de playa/campo/lo que sea a cada una.

Salimos de allí tan contentas y, como remate de una tarde estupenda, pasamos por Lefties, donde también pecamos las 3, cada una con un vestido y algo más.

Volvimos a por los vehículos al primer centro comercial y separamos nuestros caminos de retorno, no sin antes planificar la próxima jornada: la feria Jesal-Extetic de Alicante que comenzaba al día siguiente y cuya crónica tendréis mañana.

¿Os apuntáis a la segunda parte, potingueras?